El gobernador Gavin Newsom firmó el sábado el presupuesto de California, que cubre un déficit estimado de 46.800 millones de dólares con una combinación de 16.000 millones de dólares en recortes de gastos y aumentos temporales de impuestos para algunas empresas. Esto ocurre pocos días después de que los legisladores aprobaron el presupuesto el miércoles después de negociaciones muy intensas entre el gobernador del estado y los líderes legislativos. La tensión generó requisitos de concesiones por parte de ambas partes y dejó de lado algunas políticas progresistas por segundo año consecutivo.
“Este es un presupuesto responsable que prepara para el futuro mientras invierte en programas fundamentales que benefician a millones de californianos todos los días”, dijo Newsom en un comunicado. “Gracias a la cuidadosa gestión del presupuesto durante los últimos años, podemos afrontar este momento y al mismo tiempo proteger nuestro progreso en materia de vivienda, falta de vivienda, educación, atención médica y otras prioridades que son de gran importancia para los californianos”.
El déficit, proyectado en aproximadamente 32 mil millones de dólares en 2023, se ha disparado este año, con expectativas de que continúen los déficits en el futuro para el estado más poblado del país. Esta firma del presupuesto se produce apenas dos años después de que Newsom y los legisladores demócratas anunciaran superávits récord que superaron los 100 mil millones de dólares. Esos superávits se vieron reforzados por miles de millones de dólares en ayuda federal por COVID-19 y un código tributario progresivo que generó importantes ingresos de los residentes más ricos del estado.
El panorama económico ha cambiado radicalmente. La inflación ha desacelerado la economía, aumentando el desempleo y provocando retrocesos en el sector tecnológico, uno de los principales impulsores del crecimiento de California. Además, la administración de Newsom calculó mal los ingresos del estado luego de un retraso de siete meses en la fecha límite de presentación de impuestos.
El presupuesto de California ha oscilado enormemente a lo largo de los años, dada su dependencia de sus contribuyentes más ricos. Este déficit actual es un desafío inoportuno para Newsom mientras eleva su perfil nacional para una posible candidatura presidencial y busca ser el principal sustituto de la campaña del presidente Joe Biden.
El presupuesto recientemente firmado incorpora una disposición en la que se acuerda que el gobernador Newsom y los legisladores presionarán para modificar la constitución del estado a fin de reservar más dinero para ahorros que permitan amortiguar futuros déficits fiscales. Por lo tanto, este llamado es a favor de una base financiera más estable para el estado de cara al futuro.
Los republicanos se han quejado de haber sido excluidos de las negociaciones. Atacaron un aumento temporal de los impuestos a las empresas, que afectaba a aquellas con al menos un millón de dólares en ingresos. Está previsto que ese aumento dure tres años y produciría más de $5 mil millones adicionales para el estado el próximo año. Los republicanos también criticaron las reducciones en los programas de redes de seguridad social que, según dijeron, perjudicarían a las poblaciones vulnerables.
El presupuesto ilustra lo difícil que será lograr un equilibrio entre abordar los problemas financieros inmediatos y tratar de hacer frente a la salud fiscal a largo plazo. Mientras California navega por estas incertidumbres económicas, las decisiones tomadas en este presupuesto tendrán implicaciones significativas para el futuro del estado.