Las decepcionantes cifras del PIB (producto interno bruto) chino de esta semana mostraron que el crecimiento económico chino se ha desacelerado. 4,75 por ciento de la tasa de crecimiento económico anual muy rápida del siete al ocho por ciento durante la década de 2010. Esto debería ser un Este es un llamado de atención para los responsables de la política económica china. Debería verse como una confirmación de que la economía china está en serios problemas y que su modelo de crecimiento económico ya ha pasado su fecha de caducidad.
A menos que el gobierno chino introduzca reformas económicas estructurales importantes que estimulen el gasto de consumo interno, China podría experimentar una década económica perdida al estilo japonés, lo que podría tener consecuencias importantes para las perspectivas económicas mundiales, dado que China es la segunda economía más grande del mundo y, hasta hace poco, era el principal motor del crecimiento económico mundial y su principal consumidor de materias primas internacionales.
La causa fundamental de los actuales problemas económicos de China El modelo económico sumamente desequilibrado que ha seguido durante los últimos 30 años no sólo dependió excesivamente de la inversión en general y de la inversión en vivienda en particular para impulsar el crecimiento económico, sino que también se volvió excesivamente dependiente de las exportaciones y de un suministro constante de mano de obra barata proveniente de su sector agrícola.
Una medida del estado de desequilibrio de la economía china es el hecho de que la inversión representa hasta 42 por ciento del PIB, lo que es aproximadamente el doble de la tasa de las economías avanzadas y ha dado lugar a un importante problema de exceso de capacidad manufacturera. Como la demanda doméstica interna no puede absorber por completo su producción manufacturera, China se ha vuelto dependiente de los mercados extranjeros para absorber su excedente manufacturero. Esto podría haber tenido sentido cuando China era una economía pequeña y subdesarrollada con una presencia económica internacional limitada. Sin embargo, ahora que China se ha convertido en una potencia industrial, su deseo de exportar para solucionar su problema de exceso de capacidad se está viendo satisfecho. Aumentar la resistencia tanto en Estados Unidos como en Europa.
Otra medida del estado de desequilibrio de la economía china es el tamaño de la burbuja inmobiliaria y crediticia que ha creado. Según Kenneth Rogoff, de Harvard, la vivienda representa hoy alrededor del 50% del PIB de China. 30 por ciento de la economía china, es decir, alrededor de una vez y media más que en otras economías industrializadas. Mientras tanto, según el Banco de Pagos Internacionales, desde 2008, el crédito al sector privado chino ha aumentado en alrededor de un 10%. 100 por ciento del PIB. Esa tasa de expansión del crédito es mayor que la que precedió a la década económica perdida de Japón en los años 1990 y la que precedió al colapso del mercado inmobiliario y del crédito de alto riesgo de Estados Unidos en 2008.
Ahora hay la evidencia más clara de que la burbuja del mercado inmobiliario y crediticio de China ha estallado. Los precios de las viviendas han estado bajando durante el último año, según las estimaciones. 65 millones Las unidades de vivienda están desocupadas y una gran cantidad de grandes promotores inmobiliarios, incluido Evergrande (OTCPK:EGRNF), han dejado de pagar sus préstamos y muchos proyectos de vivienda han sido abandonados. Las débiles cifras actuales del gasto de consumo chino sugieren que la vivienda se ha convertido en un importante lastre para la confianza de los consumidores.
Otro factor que ensombrece aún más las perspectivas de crecimiento económico de China a largo plazo es su pobre demografía, el preocupante estado de las finanzas de sus gobiernos locales y sus deterioradas relaciones comerciales con Estados Unidos.
Como resultado de su anterior política de hijo único, la fuerza laboral de China es declinantey seguirá haciéndolo hasta donde alcanza la vista. Al mismo tiempo, sus gobiernos locales están sobreendeudados y sus recaudaciones de impuestos a la propiedad están disminuyendo. Mientras tanto, existe la posibilidad de que China se enfrente a mayores barreras comerciales estadounidenses independientemente de quién gane las elecciones de noviembre. Además de no revertir los aranceles a las importaciones chinas de Trump, el presidente Biden ha impuesto un Tarifa del 100 por ciento sobre los coches eléctricos chinos, así como el aumento de los aranceles sobre otros productos estratégicos chinos. Por su parte, Trump ha indicado que, si es elegido, impondrá un 60 por ciento arancel sobre todas las exportaciones chinas.
Todo esto coloca al gobierno chino en una posición poco envidiable para hacer frente al estallido de la épica burbuja inmobiliaria y crediticia del país. Sabe que inundar el mercado con mayor liquidez y recurrir a la inyección fiscal sólo agravará el problema de la deuda a largo plazo del país. China también debe saber que, en el actual entorno económico internacional, sería jugar con fuego si intentara promover las exportaciones para reactivar la economía china.
Desde hace mucho tiempo, el Fondo Monetario Internacional ha estado instando Las autoridades económicas chinas deben emprender reformas estructurales de amplio alcance para mejorar la red de seguridad social y así aumentar el consumo de los hogares. Si se implementan con firmeza, esas reformas podrían permitir a China escapar del destino de Japón de una década económica perdida. Lamentablemente, hay pocas señales de que el gobierno del presidente Xi esté avanzando en esa dirección.
Nota del editor: Los puntos de resumen de este artículo fueron elegidos por los editores de Seeking Alpha.