W.ENTRE DOS semanas Francia podría tener un gobierno de extrema izquierda o de extrema derecha. Esa perspectiva ha generado alarma en los mercados financieros y reclamos y contrademandas sobre las políticas económicas de cada bloque y el daño que podría resultar. Los franceses votarán en dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio, después de que inesperadamente el presidente Emmanuel Macron convocó a elecciones parlamentarias, sorprendiendo incluso a sus aliados y empresas más cercanos. El viernes 21 dijo que tenía “confianza en los franceses, en su inteligencia, en su fuerza”. Pero las encuestas de opinión siguen mostrando que la extrema derecha está a la cabeza, con una coalición de izquierda en segundo lugar.

Las agendas de ambos bloques son “peligrosas para la economía”, según Patrick Martin, jefe de MEDEF, una federación empresarial. El derroche fiscal y de gasto de la extrema izquierda podría conducir a una “catástrofe”, según Oliver Blanchard del Instituto Tecnológico de Massachusetts, mientras que el programa de la extrema derecha “es como un árbol de Navidad, sin lógica ni coherencia”. Aunque ninguno de los bloques puede obtener la mayoría en el parlamento, Francia tiene altos niveles de deuda pública y un gran déficit. Como resultado, las finanzas públicas son más vulnerables que en el pasado a cualquier divergencia de las políticas centristas o al estancamiento político, mientras que la factura de interés nacional aumentará si las primas de riesgo en alza se arraigan permanentemente en los mercados financieros.

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