Mitigar las emisiones de la agricultura – The Hindu BusinessLine

La agricultura, si bien es esencial para alimentar al mundo y sustentar los medios de vida, también contribuye significativamente a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI).

A medida que la población crece y la demanda de alimentos aumenta, las emisiones de la agricultura aumentarán. Sin embargo, con enfoques innovadores y prácticas sostenibles, la agricultura tiene el potencial no sólo de reducir su huella de carbono sino también de convertirse en parte de la solución al actuar como sumidero de carbono.

La huella de carbono de la agricultura

El sector de agricultura, silvicultura y uso de la tierra (AFOLU) representa alrededor del 22 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y el sector agrícola por sí solo contribuye entre el 11 y el 12 por ciento, según el último informe del IPCC de la ONU. Estas emisiones provienen principalmente de la ganadería, el uso de fertilizantes, la deforestación y el consumo de energía para maquinaria y transporte.

El ganado, en particular el ganado vacuno, ovino y caprino, produce metano (un potente GEI) a través de la digestión, mientras que el uso excesivo de fertilizantes genera emisiones de óxido nitroso.

Reducir las emisiones de la agricultura requiere un enfoque múltiple centrado en la sostenibilidad, la tecnología y la restauración de los ecosistemas.

Agricultura regenerativa y secuestro de carbono en el suelo

Las prácticas agrícolas regenerativas, como la labranza cero, la rotación de cultivos y los cultivos de cobertura, pueden mejorar la salud del suelo y aumentar la materia orgánica en el suelo, que actúa como sumidero de carbono. Los suelos ricos en materia orgánica secuestran más carbono, lo que reduce las emisiones netas.

La integración de árboles en las tierras agrícolas a través de la agrosilvicultura mejora el almacenamiento de carbono y mejora la biodiversidad y la resiliencia de los ecosistemas.

La agrosilvicultura, en la que se combinan árboles y arbustos con cultivos y ganadería, aumenta el secuestro de carbono y al mismo tiempo proporciona múltiples beneficios, como mayor sombra, retención de agua y protección de los cultivos contra las condiciones climáticas extremas.

Gestión ganadera y reducción de metano.

La ganadería es una fuente importante de metano y eliminar las emisiones relacionadas con la ganadería puede resultar un desafío.

Se ha demostrado que alimentar al ganado con suplementos dietéticos como algas marinas reduce las emisiones de metano procedentes de la fermentación entérica hasta en un 80 por ciento. Además, una mejor gestión del estiércol, incluida la captura de biogás, puede convertir una potente fuente de GEI en energía renovable.

La cría selectiva de ganado con bajas emisiones y la mejora de las prácticas de gestión de los pastos, como el pastoreo rotativo, pueden reducir aún más las emisiones y al mismo tiempo mejorar la salud del suelo, lo que lleva a un mayor secuestro de carbono.

Repensar el uso de fertilizantes

La aplicación de fertilizantes es una fuente importante de emisiones de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero 300 veces más potente que el dióxido de carbono.

Las técnicas de agricultura de precisión que utilizan sensores y datos para optimizar la aplicación de fertilizantes pueden reducir significativamente el uso excesivo y reducir las emisiones.

Al garantizar que los nutrientes se apliquen sólo donde y cuando sean necesarios, los agricultores pueden reducir el impacto ambiental de los fertilizantes sin sacrificar el rendimiento de los cultivos y ahorrar dinero. En India, donde el uso excesivo de fertilizantes es común, la agricultura de precisión puede cambiar las reglas del juego, reduciendo los costos para los agricultores y el daño ambiental.

Agricultura de precisión y soluciones basadas en datos

La tecnología puede ser fundamental para reducir las emisiones agrícolas. La agricultura de precisión, que utiliza GPS, sensores y drones, permite a los agricultores optimizar el uso de insumos (ya sea agua, fertilizantes o energía) al tiempo que reduce los desechos y las emisiones.

Los sistemas de monitoreo impulsados ​​por IA pueden predecir problemas de salud de los cultivos, gestionar los programas de riego e incluso prevenir brotes de plagas, lo que lleva a una agricultura más eficiente con menos recursos.

Energía renovable en la agricultura

La agricultura consume mucha energía, gran parte de la cual proviene de combustibles fósiles. La transición a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica para las operaciones agrícolas, el riego y el transporte puede reducir drásticamente la huella de carbono de la agricultura.

Los sistemas de riego con energía solar ofrecen una alternativa sostenible a las bombas diésel o eléctricas, reduciendo costos y emisiones. Además, la producción de biocombustibles a partir de residuos de cultivos proporciona una fuente de energía renovable y al mismo tiempo reduce la necesidad de fertilizantes sintéticos y combustibles fósiles.

El papel de las políticas y los incentivos de mercado

La política gubernamental es fundamental para dar forma a las prácticas agrícolas futuristas. Las políticas que apoyan la agricultura sostenible, incentivan prácticas respetuosas con el carbono y brindan asistencia financiera a los pequeños agricultores pueden impulsar la adopción generalizada de estrategias de reducción de emisiones.

Un ejemplo es el potencial para crear un mercado para los desechos agrícolas, como los rastrojos (parali) en la India. Al ofrecer a los agricultores incentivos financieros para vender rastrojos en lugar de quemarlos, el país podría reducir drásticamente la contaminación del aire y las emisiones asociadas con la quema de rastrojos.

La agricultura como sumidero de carbono

Si bien la agricultura contribuye a las emisiones globales, también tiene el potencial único de actuar como sumidero de carbono. Prácticas como la reforestación, la conservación de humedales y la agrosilvicultura pueden secuestrar carbono, mitigando el impacto general de la agricultura en el cambio climático.

Los propios cultivos también pueden ser parte de la solución; La biomasa de cultivos y residuos se puede convertir en biocarbón, que almacena carbono en el suelo durante siglos. Restaurar tierras degradadas, mejorar la fertilidad del suelo e integrar los ecosistemas naturales en los paisajes agrícolas puede ayudar a que la agricultura pase de ser un emisor de carbono a un absorbente de carbono.

Mitigar las emisiones procedentes de la agricultura es necesario para luchar contra el cambio climático y fundamental para garantizar la seguridad alimentaria para las generaciones futuras.

Al adoptar prácticas agrícolas regenerativas, gestionar el ganado de manera más eficaz y aprovechar la tecnología, el sector agrícola puede reducir significativamente sus emisiones y al mismo tiempo seguir alimentando a una población mundial en crecimiento.

El camino hacia la agricultura sostenible requiere un esfuerzo colaborativo de los gobiernos, el sector privado y los agricultores. Con las políticas, tecnologías e incentivos adecuados, la agricultura puede convertirse en un actor fundamental en la lucha global contra el cambio climático, equilibrando la productividad con la preservación del planeta.

El autor es experto en la industria de energías renovables y fundador de Mynzo Carbon & SolarArise.



Fuente

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here