“La economía ha estado creciendo a pasos agigantados en los últimos años, pero ahora está volviendo a una pauta más normal”, dijo Ryan Sweet, economista jefe para Estados Unidos de Oxford Economics. “Estamos en un período de transición”.
Se espera que el gasto de consumo, que representa aproximadamente dos tercios de la economía, impulse gran parte del crecimiento del segundo trimestre. El gasto gubernamental continuo y las inversiones empresariales también probablemente apuntalarán la lectura del PIB, que suma los bienes y servicios producidos en Estados Unidos.
Sin embargo, se espera que una desaceleración en la construcción de viviendas y otras inversiones residenciales afecte el crecimiento económico, un cambio de tendencia después de tres trimestres consecutivos de crecimiento sólido.
“La economía definitivamente no está en crisis, pero hay muchos indicadores que apuntan a una desaceleración”, dijo Eugenio Alemán, economista jefe de Raymond James. Aun así, agregó, “mientras la gente tenga trabajo, no creo que haya una recesión”.
La rápida recuperación pospandémica ha perdido fuerza recientemente, ya que los altos costos de los préstamos obligan a los hogares y las empresas a repensar el gasto. Las ventas de viviendas se han estancado, la producción manufacturera se está desacelerando y las fábricas están viendo una caída en la demanda de bienes fabricados en Estados Unidos. Mientras tanto, la tasa de desempleo (4,1 por ciento en junio) ha aumentado ligeramente durante tres meses consecutivos.
De todos modos, los economistas dicen que el enfriamiento gradual es un alivio bienvenido después de años de crecimiento demasiado intenso que avivaron la inflación. El mercado laboral sigue siendo fuerte y los consumidores siguen gastando, aunque con menos entusiasmo que hace un año.
Se espera que la Reserva Federal, que ha mantenido las tasas de interés en un nivel máximo de dos décadas desde el verano pasado, comience a recortarlas ya en septiembre. En un testimonio ante el Congreso este mes, el presidente de la Reserva Federal, Jerome H. Powell, dijo que Estados Unidos “ya no es una economía sobrecalentada”, gracias en gran parte a un mercado laboral que se está moderando. “Las condiciones han vuelto a ser más o menos las mismas que en vísperas de la pandemia: fuertes, pero no sobrecalentadas”, agregó.
Aunque gran parte de la economía está funcionando a buen ritmo, algunos sectores, como la vivienda y la construcción, han retrocedido de forma más drástica. Las ventas de viviendas nuevas han bajado un 7,4 por ciento respecto del año anterior, mientras que las ventas de viviendas existentes han caído un 5,4 por ciento, según los nuevos datos de esta semana.
En Seattle, la firma de remodelación de viviendas Gasper's Construction ha registrado una caída del 30 por ciento en el último año. Los clientes, que suelen depender de líneas de crédito con garantía hipotecaria, han optado por no contratarlos en respuesta al aumento de las tasas de interés.
“Los proyectos de remodelación son más pequeños y la gente no está dispuesta a extenderse tanto”, dijo la propietaria Sarah Henry.
Aun así, Henry se muestra optimista. Está pensando en sumar tres personas más a su plantilla de 57 empleados y dice que el mercado inmobiliario de Seattle ha demostrado ser sorprendentemente resistente. Además, la Reserva Federal parece dispuesta a flexibilizar la política monetaria en los próximos meses.
“Las tasas de interés van a ceder y, en algún momento, van a bajar”, afirmó. “Eso nos va a ayudar mucho”.
