En una era en la que la esperanza de vida mundial sigue aumentando, la fertilidad cae y los países se están reduciendo demográficamente, el nuevo Foro Económico Mundial Principios de la economía de la longevidad no sólo son oportunos: son esenciales. Estos principios están diseñados no sólo para afrontar los desafíos futuros, sino también para prepararse para aprovechar las oportunidades que presenta una nueva era de longevidad y reequilibrio generacional. En la próxima sociedad, tanto los países como las empresas querrán garantizar tres habilidades fundamentales interrelacionadas para sus poblaciones y fuerzas laborales: resiliencia financiera, envejecimiento saludable e inclusión social.
La líder del Foro sobre la Economía de la Longevidad, Haleh Nazeri, es el motor detrás de los principios. Ella observa durante un Pódcast de Vidas 4 Cuartos, que hay dos formas de abordar la economía de la longevidad: una como un desastre que debe gestionarse y la otra como una oportunidad que debe aprovecharse. Ella promueve firmemente este último. “Esta mayor esperanza de vida nos brinda la oportunidad de mejorar e innovar la forma en que hemos estado manejando las cosas durante el último siglo”, dice. “Todo, desde nuestros sistemas de jubilación y pensiones hasta la forma en que trabajamos e incluso la forma en que pensamos sobre nuestra salud y nuestras amistades”.
Estas hojas de ruta para la llegada del 'segundo billón' (número adicional de personas mayores de 60 años en el mundo para 2050) son complementos muy necesarios para un reequilibrio humano sin precedentes. Este cambio demográfico exige una reevaluación de cómo abordamos el envejecimiento y la longevidad. Los Principios de la Economía de la Longevidad ofrecen un marco estratégico que aborda áreas clave como la estabilidad financiera, la salud, la educación y las conexiones sociales.
Innovando un nuevo paradigma de envejecimiento (para todas las edades)
Seis principios para comprobar tu replanteamiento estratégico:
- Resiliencia financiera a través de eventos clave de la vida: La vida es impredecible. Desde interrupciones profesionales hasta problemas de salud inesperados, la resiliencia financiera es crucial. El FEM aboga por redes de seguridad social sólidas y productos financieros innovadores para ayudar a las personas a superar estos desafíos. Esto requiere colaboración entre las políticas públicas y las innovaciones del sector privado para prevenir dificultades financieras y promover la estabilidad. Martine Ferland, ex directora ejecutiva de Mercer, enfatiza que “la economía de la longevidad ya está aquí, y las organizaciones deseosas de adelantarse a este cambio demográfico necesitarán transformarse para respaldar una fuerza laboral dinámica y multigeneracional. Liberar el potencial de esta transformación demográfica es una forma integral para que los empleadores pueden apoyar un futuro más saludable, más productivo y vibrante para nuestras economías y sociedades.
- Incorporación de la educación financiera: El WEF dice que sólo un tercio de las personas en todo el mundo podrían describirse como alfabetizadas financieramente. Esto contribuye a las desigualdades no sólo en la riqueza sino también en la esperanza de vida. El conocimiento es poder, especialmente cuando se trata de administrar las finanzas. El WEF enfatiza la necesidad de acceso universal a la educación financiera. Al mejorar la educación financiera, las personas pueden tomar decisiones informadas que mejoren su seguridad económica y su bienestar general. El modelo que citan es el nacional de Singapur. Sentido del dinero programa, iniciado en 2003, para ayudar a las personas a “administrar bien su dinero”. La mayoría de los países no están tan preparados.
- Priorizar la prevención para un envejecimiento saludable: Una vida más larga también debería significar una vida más sana. Los principios abogan por cambiar el enfoque de la atención sanitaria hacia la prevención y el acceso equitativo a los servicios médicos. Al promocionar mantenimiento de la salud encima tratamiento de enfermedades, las sociedades pueden garantizar que las personas no sólo vivan más tiempo sino que también disfruten de una mejor calidad de vida. Como señala Roy Gori, director ejecutivo de Manulife, “sabemos que las personas viven más tiempo, pero no de manera más saludable. La salud y el bienestar deben ser una prioridad global, y estamos comprometidos a hacer nuestra parte para ayudar a nuestros clientes a vivir más tiempo. vidas más sanas y mejores. Los Principios de la Economía de la Longevidad describen formas en que empresas como la nuestra pueden contribuir a soluciones a escala, innovación y nuevas formas de operar para contribuir a un futuro más sostenible”.
- Empleos en evolución y habilitación del desarrollo de habilidades para toda la vida: “Una cuarta parte de las personas de 55 años o más quieren trabajar en la vejez, pero enfrentan barreras para encontrar oportunidades”, señala el FEM. En un mundo donde las carreras profesionales abarcan décadas cada vez más largas, las empresas querrán integrar esta fuerza laboral. Permitir que las personas trabajen más allá de la edad de jubilación y facilitar el regreso al trabajo después de interrupciones profesionales. El aprendizaje continuo se convertirá en el medio esencial para lograrlo. El Foro Económico Mundial pide que se adapten tanto las estructuras laborales como los sistemas educativos. El aprendizaje y el desarrollo de habilidades a lo largo de toda la vida deben ser más continuos, permitiendo que los trabajadores de mayor edad sigan siendo comprometidos y productivos, en todas las edades y etapas.
- Diseñar en conexión social y propósito: El aislamiento social es una preocupación creciente en las poblaciones que envejecen. Los principios resaltan la importancia de fomentar entornos que promuevan las conexiones sociales y un sentido de propósito. Este enfoque es vital para la salud física y mental, ya que garantiza que las personas se sientan valoradas y comprometidas con sus comunidades. Marco La Marca, miembro del gabinete de la Comisión Europea, insiste en que “debemos crear una sociedad donde todos, independientemente de su edad, puedan prosperar y disfrutar de los beneficios del cambio demográfico. A medida que navegamos por esta transición, debemos abrazar la sociedad y la economía de la longevidad”. “
- Abordar las desigualdades en longevidad: Es necesario abordar las desigualdades en el envejecimiento, ya sea por motivos de género, raza o clase. El FEM aboga por acciones específicas para reducir estas disparidades, garantizando que los beneficios de una vida más larga sean accesibles para todos.
Estos seis principios han obtenido el apoyo de organizaciones líderes del sector público y privado en varios sectores. Más de 35 instituciones se han adherido, incluidas Mercer, Manulife, BlackRock y la Comisión Europea. Estas organizaciones están tomando medidas concretas, como diseñar propuestas de valor para empleados que incluyan a la edad y desarrollar productos financieros innovadores para apoyar a una población que envejece.
Una colaboración intersectorial público-privada
Un buen complemento a la guía del Foro Económico Mundial es la Carta de 10 puntos publicada recientemente por el Consejo de Francia. Club Landoy, donde los principales directores ejecutivos del país se reunieron para publicar pautas sobre cómo integrar y desarrollar proactivamente sus fuerzas laborales mayores de 50 años. Instituciones académicas como el Centro Stanford sobre Longevidad Nuevo mapa de la vida trabajo y MIT EdadLab, junto con organizaciones como la Coalición Mundial sobre el Envejecimiento, están integrando estos principios en sus esfuerzos de investigación y promoción. Este enfoque multisectorial garantiza una estrategia integral que aborde los diversos aspectos del envejecimiento.
La economía de la longevidad ya está aquí y está remodelando nuestro mundo. “Ayudar a las personas a ser financieramente resilientes durante una vida más larga requerirá un esfuerzo de colaboración del sector público, el sector privado y la sociedad civil”, señala Nazeri. “El trabajo está comenzando, pero es necesario acelerarlo en los próximos años”.
Los Principios de la Economía de la Longevidad del WEF proporcionan una hoja de ruta para navegar esta nueva realidad. Al fomentar la resiliencia financiera, promover el envejecimiento saludable y abordar las desigualdades, los países y las empresas pueden construir un futuro en el que una vida más larga sea sinónimo de una vida mejor.
Adaptarse a esta nueva era de longevidad significará rediseñar los sistemas para sustentar a todas las generaciones. Trabajando juntos, podemos garantizar que todos tengan la oportunidad de vivir vidas saludables, financieramente seguras y con propósito, sin importar cuánto tiempo duren.