Las fuertes ventas minoristas de julio junto con menos solicitudes de beneficios por desempleo pusieron de relieve que la economía estadounidense tiene capacidad de resistencia a medida que las presiones inflacionarias disminuyen gradualmente.
Al otro lado del Atlántico, la tasa de desempleo del Reino Unido cayó y el crecimiento de los salarios se enfrió, mientras que la productividad de la zona del euro cayó por sexto trimestre consecutivo y el crecimiento del empleo se desaceleró. Mientras tanto, la inversión extranjera directa en China se desplomó debido a las preocupaciones de los inversores sobre la economía.