Mientras Pekín se prepara para la Cumbre de 2024 del Foro de Cooperación China-África (FOCAC), prevista para el 4 al 6 de septiembre, hay una sensación de expectación sobre lo que traerá consigo la cumbre. Establecido en 2000 a petición de las naciones africanas que buscaban una mayor coordinación con China, el FOCAC se ha convertido en un marco clave para el diálogo y la colaboración entre China y África. Se celebra cada tres años, alternando entre Pekín y un país africano como anfitrión, y se espera que la cumbre atraiga a un número considerable de jefes de Estado africanos; la cumbre de 2018 en Pekín contó con la asistencia de más de 50 altos dirigentes africanos y representantes de organizaciones africanas.
El FOCAC es fundamental para el compromiso de China con África, en particular en lo que respecta a sus compromisos de desarrollo que abarcan los ámbitos económico, político y social. Estos compromisos suelen organizarse en torno a áreas temáticas prioritarias, como la salud, el desarrollo agrícola, el comercio y la inversión, la cooperación industrial, la infraestructura, el desarrollo ecológico, los intercambios entre personas y la paz y la seguridad. Los compromisos financieros, un sello distintivo de las conferencias del FOCAC, suelen captar la mayor atención, como los 60.000 millones de dólares en nueva financiación anunciados en 2018 y la promesa de 40.000 millones de dólares en 2021. Estos compromisos reflejan la escala y el alcance del compromiso de China con el continente.
Si bien las áreas centrales de cooperación (agricultura, comercio, cooperación industrial e infraestructura) se han mantenido constantes a lo largo de los años, el FOCAC también se ha adaptado a los desafíos globales emergentes. Por ejemplo, la conferencia de 2021 hizo hincapié en la cooperación en materia de salud y vacunas en respuesta a la pandemia, con un enfoque cada vez mayor también en el desarrollo ecológico y la colaboración climática. Sin embargo, a pesar del amplio alcance de los temas tratados en el FOCAC, un área crucial sigue estando notablemente subrepresentada: la minería y los minerales críticos.
Este descuido es sorprendente, dado el interés estratégico de China en minerales críticos y la importancia del sector minero para las economías africanas. Minerales cuenta China representa un promedio del 70 por ciento de las exportaciones totales de África y alrededor del 28 por ciento del PIB del continente. Casi el 90 por ciento de las importaciones chinas de África consisten en combustibles minerales, minerales, piedras, metales y otros minerales.
Además, el sector minero es una fuente importante de inversión extranjera directa (IED) en África. La minería representa la segunda mayor proporción de la IED china en el continente (23,8%), superada sólo por el sector de la construcción.
África sostiene Aproximadamente el 30 por ciento de los recursos minerales mundiales, muchos de los cuales son minerales críticos: componentes esenciales para la transición a la energía verde, los sistemas de defensa y otras aplicaciones de alta tecnología. La Agencia Internacional de Energía predice que la demanda mundial de minerales críticos utilizados en tecnologías de energía limpia –como litio, cobre, cobalto y níquel para baterías– se duplicará para 2030. Por lo tanto, la minería de minerales críticos presenta una oportunidad única para el crecimiento económico y la industrialización en el continente, así como un interés estratégico para China, que ha invertido fuertemente en asegurar estos recursos para sus industrias.
China ocupa una posición dominante en muchas cadenas de valor de minerales críticos, incluidas elementos de tierras rarascobre, grafito y litioChina tiene una ventaja significativa en el procesamiento de minerales y la fabricación posterior. Por ejemplo, en la industria de vehículos eléctricos (VE), si bien Australia lidera la producción de litio, Indonesia en níquel, la República Democrática del Congo (RDC) en cobalto y China en grafito, China controla más de la mitad del procesamiento de estos minerales. En la etapa posterior, China fabrica tres cuartas partes de todas las baterías de iones de litio y produce más de la mitad de los VE del mundo.
El dominio de China ha suscitado inquietudes entre Estados Unidos y sus aliados, que están buscando activamente reducir su dependencia de China en materia de minerales críticos y cadenas de suministro de tecnología limpia. En 2022, Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados formado La Alianza para la Seguridad de los Minerales (MSP), una coalición de 15 países y regiones que tiene como objetivo diversificar las cadenas de suministro de minerales energéticos críticos y sostenibles. La MSP tiene la clara intención de frenar el dominio de China.
En 2023, Australia obstruido La adquisición de una mina de litio por parte de una empresa minera china. Este año, tanto Estados Unidos como la UE impusieron aranceles elevados a los vehículos eléctricos chinos: Estados Unidos impuso un arancel del 100 por ciento y la UE impuso aranceles de hasta el 37,6 por ciento.
En medio de esta gran competencia de poder, todas las partes tienen la mirada puesta en los recursos minerales críticos de África. La UE ha firmado Memorandos de entendimiento (MoU) con cuatro países africanos (Namibia, la República Democrática del Congo, Zambia y Ruanda) para fortalecer las alianzas en las cadenas de valor de materias primas críticas. Mientras tanto, EE. UU. ha firmado Un memorando de entendimiento trilateral con la República Democrática del Congo y Zambia para apoyar el desarrollo de la cadena de suministro de baterías para vehículos eléctricos. Tanto la UE como los EE. UU. también han comprometido para apoyar el desarrollo del Corredor de Lobito, que une el puerto de Lobito en Angola con las regiones mineras de la República Democrática del Congo y Zambia, facilitando el transporte de minerales críticos a los mercados de Europa y América del Norte. Sin embargo, estos memorandos de entendimiento aún no se han traducido en objetivos de inversión tangibles ni en acciones de financiación.
En cambio, China ha avanzado más rápido, ya que su enfoque tiende a estar más centrado en los resultados y se caracteriza por una rápida toma de decisiones e implementación. Solo en 2021 y 2022, las empresas chinas invertido Más de mil millones de dólares en la adquisición de proyectos de litio en Zimbabue. Benchmark Mineral Intelligence estimado Se prevé que más del 90 por ciento del suministro de litio de África en 2024 provendrá de proyectos que sean, al menos en parte, propiedad de empresas chinas. En el caso del cobalto y el cobre, China también posee participaciones sustanciales en minas de la República Democrática del Congo. Las inversiones chinas en estos países van más allá de la mera extracción e incluyen una mayor inversión en el procesamiento de minerales.
Además, en febrero de 2024, China propuesto Un plan de renovación de 1.000 millones de dólares para el ferrocarril Tazara, que se construyó originalmente en la década de 1970 y que conecta la región Copperbelt de Zambia con el puerto de Dar es Salaam en Tanzania. Este proyecto compite directamente con el Corredor Lobito en la facilitación del transporte de minerales críticos desde Zambia y la República Democrática del Congo.
Mientras tanto, las naciones africanas se esfuerzan por dejar de ser meras fuentes de materias primas y reafirman su interés en agregar valor y desarrollar capacidades de procesamiento locales para captar una porción más justa de las ganancias a lo largo de las cadenas de valor de minerales críticos. Varios países africanos –entre ellos Zimbabwe, Namibia, Ghana y Nigeria– han prohibido la exportación de materias primas críticas, como litio, bauxita y tierras raras, en un intento de promover la adición de valor local. Otro avance notable es el acuerdo entre la República Democrática del Congo y Zambia para desarrollar conjuntamente baterías para vehículos eléctricos utilizando minerales extraídos localmente.
A medida que se intensifica la demanda y la competencia mundiales por los minerales esenciales, es probable que las relaciones entre África y China en este ámbito se vuelvan aún más entrelazadas. Mientras China busca los recursos y los mercados de África, África también necesita la experiencia, la tecnología y los recursos humanos de China. Sin embargo, las naciones africanas deben ser proactivas a la hora de defender sus intereses para garantizar condiciones justas que maximicen los beneficios para sus economías y sus ciudadanos. Medidas como imponer prohibiciones a la exportación de materias primas, exigir inversiones en valor agregado local y renegociar los contratos mineros son pasos en la dirección correcta.
Sin embargo, las negociaciones bilaterales por sí solas no bastan. Para lograr una asociación más equitativa, las naciones africanas deben adoptar un enfoque unificado y negociar colectivamente para garantizar que se respeten y promuevan sus prioridades de desarrollo. El FOCAC ofrece una plataforma ideal para que los países africanos expresen sus demandas colectivas y aseguren el compromiso de China con agendas clave, entre ellas la industrialización mediante la adición de valor, la inversión en infraestructura y una mejor alineación con los estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Queda por ver si la próxima cumbre del FOCAC incluirá formalmente la cooperación en materia de minerales críticos en su agenda. Independientemente del resultado, es evidente que los minerales críticos seguirán desempeñando un papel importante en las relaciones económicas entre África y China. Es necesario que las naciones africanas dialoguen más para garantizar que esta asociación siga siendo dinámica, equitativa y receptiva al cambiante panorama mundial.