¿Alguna vez podrás realmente poseer una estética?  Los creativos discuten qué sucede cuando tu estilo se convierte en tendencia

Braulio, por su parte, responde a la emulación de su trabajo con sentido del humor y proactividad. En lugar de ver la imitación como una limitación, sugiere “copiar a los fotocopiadores” y encontrar inspiración en las formas inesperadas en que ve a otros explorando su estilo. “Soy el tipo de persona que se aburre haciendo lo mismo una y otra vez. Que la gente me estafara fue como una llamada de atención para seguir intentando encontrar cosas nuevas con las que jugar”, dice. Cuando el lettering a mano comenzó a decaer a finales de la década de 2010, Jen encontró resiliencia al comprometerse aún más con su estilo y conjunto de habilidades, al diablo con el ciclo de tendencias. “Cuando la gente vino a mí y me pidió algo además de letras, les dije que no, ustedes vinieron a mí por esto, y eso es en lo que soy bueno. Sigamos adelante y encontremos otras formas de utilizar ese trabajo”. También destaca la importancia de unas relaciones sólidas con los clientes y de la flexibilidad, señalando que “las empresas de automóviles ya no querían letras a mano para sus comerciales en 2017, pero tal vez el director de arte que alguna vez trabajó en esos comerciales se mudó a una empresa de moda y quiere colaborar en las letras hechas a mano para una chaqueta”.

A medida que los diseñadores se adaptan a sus estilos, recurren cada vez más a sus habilidades “blandas” (como las relaciones con los clientes, el pensamiento conceptual único y la adaptabilidad) para distinguir sus ofertas en un mercado saturado. Este enfoque no sólo refuerza la conexión personal inherente a su trabajo, sino que también resalta la demanda duradera y persistente de creatividad humana por parte de consumidores y creadores por igual. La reacción generalizada contra la mayor parte del arte generado por IA sugiere que sigue existiendo al menos un aprecio inquebrantable por la irremplazabilidad de la expresión personal. Por tanto, deberíamos esforzarnos por dar a los diseñadores emergentes la libertad y el tiempo para desarrollar y perfeccionar sus propios estilos y puntos de vista distintivos. En un mundo de reproducciones, la autenticidad perdura.

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