No fue hasta que George recibió tratamiento en el hospital que los dos comenzaron a colaborar en algo juntos durante las visitas regulares de Andy. “Escribí página tras página de sus historias de observación de aves (…) Fue fascinante y terminé aprendiendo muchísimo sobre él y sus aventuras de observación de aves que se remontan a la década de 1970”, dice Andy. A partir de lo que originalmente era un artículo de solo texto, elaborado a partir de las palabras de George en una etapa temprana de su tratamiento, Andy se propuso ilustrar las aventuras de observación de aves de su padre, así como los recuerdos que tenía derivados de su diagnóstico.
La paleta de colores brillantes del cómic resultante ilumina algunos momentos alegres del personaje humanoide del pájaro de Rementer viendo videos de cámaras de pájaros desde el porche de su hija e instalando comederos para pájaros afuera de las ventanas del hospital para continuar detectando desde adentro, también replantea algunas de las realidades más oscuras del tratamiento, inyectándoles una sensación de esperanza. La serie de ilustraciones tardó más de seis meses en completarse y George trabajó estrechamente en el texto del cómic con su “tono práctico, así como con un gran sentido del humor”.
Si bien el ilustrador colabora a menudo con otros autores o diseñadores, esta colaboración con su padre es la primera para la pareja y resultó en “probablemente el proyecto más personal que he hecho jamás”, dice Andy. “Fue realmente gratificante tener esta oportunidad con mi padre (…) lo más importante que aprendí mientras hacía la pieza es que hay mucho que aprender de las personas, incluso de las personas más cercanas a ti”.