La clasificación de colores es una de las muchas manifestaciones de nuestro deseo de ordenar las cosas. No basta con que algo sea rosa (porque nos encanta la especificidad), debemos tener claro si lo que estamos viendo es fucsia, sandía o el color más antiguo de todos, el brillante, también conocido como el rosa Barbie. Sin embargo, clasificar estos diferentes matices no es sólo el resultado de un impulso quisquilloso, es una prueba de nuestro amor por la naturaleza, el arte y la historia; la terracota recibe su nombre de una larga historia de la loza, y el verde salvia lleva el nombre de las hojas de la planta curativa. En un nuevo libro de Taschen, El libro de los conceptos de colorAlexandra Loske contextualiza nuestro largo baile con estímulos visuales y por qué encontramos tan atractivos los colores que hay debajo.
Al pensar en la extensa historia del color, Alexandra lo describe como “una parte esencial de nuestra inteligencia” y “probablemente también de nuestro deseo de controlar y comprender el mundo que nos rodea”. Pero a pesar de la ampliación anual de la clasificación de los colores, sigue siendo un “fenómeno intangible”, nos dice. A lo largo del libro, el autor presenta una gran cantidad de obras de arte y diagramas de color que en sí mismos parecen obras de arte. Los diagramas de colores se inspiraron en su temprano interés por la relativa herramienta y en el motivo por el que comenzó a coleccionar gráficos, ruedas y viejas cajas de pintura. “Creo que gran parte del atractivo reside en su calidad abstracta, aunque algunos revelan su edad a través de cómo están hechos, etiquetados o decorados”, añade. El historiador del arte descubrió que los diagramas tenían un enfoque subyacente en el color de los cuadrados, círculos o segmentos de diseño geométrico, haciendo que los sistemas complejos parecieran contemporáneos e “incluso atemporales”.
Para Alexandra, algunos sistemas de color particularmente atemporales incluyen las cartas de color de Patrick Syme y la rueda de color del siglo XVIII de Moses Harris con la que todos nos hemos familiarizado. “La Nomenclatura Werner de Syme de 1814 debido a que es simple y elegante, casi podemos imaginarnos creando algo similar nosotros mismos; La viveza de los diagramas de color juega un papel importante aquí y es particularmente efectiva en el diseño, la cultura impresa y en las pantallas”, nos dice. “Y las ruedas de Harris lucen geniales en las redes sociales o como póster. Los diagramas de color se adaptan muy bien a la era digital”, añade.