La fecundación in vitro es un proceso complicado para la paternidad. A veces funciona y a veces no, y un experto revela qué factores del estilo de vida pueden afectar a la tasa de éxito de la FIV.
La fertilización in vitro (FIV) es un proceso en el que se extraen óvulos de los ovarios de una mujer y se fertilizan con esperma en un laboratorio. Es un tratamiento para parejas que tienen dificultades para concebir de forma natural. Sin embargo, a veces, incluso después de pasar por el proceso de FIV, los óvulos fertilizados no se convierten en embriones o los embriones no se implantan en el útero con éxito. Esto es lo que llamamos un ciclo de FIV fallido. Puede ser realmente desalentador y frustrante para las parejas que han pasado por esto. Pero un ciclo de FIV fallido no significa que sea el final del camino. Muchas parejas lo intentan de nuevo y, a veces, tienen éxito en ciclos posteriores. India.com se puso en contacto con la Dra. Shreeja Karan, consultora, obstetricia, ginecología y especialista en fertilidad, Sarjapur Road, Bangalore, quien explicó los pros y los contras de la FIV y por qué puede no ser exitosa para todos.
¿Por qué fracasa la FIV? Esta pregunta plantea un dilema para muchas parejas que han depositado sus esperanzas en esta tecnología reproductiva avanzada. A pesar de su prometedor potencial, la tasa de éxito de la FIV varía y muchos factores influyen en su resultado. Comprender estas razones puede ser crucial para quienes buscan aumentar sus posibilidades en futuros intentos.
- Mala calidad de óvulos y espermatozoides: La calidad de los espermatozoides es fundamental, ya que puede impedir la fecundación y dificultar el desarrollo del embrión. La calidad y la cantidad de óvulos disminuyen con la edad, y las tasas de éxito descienden de aproximadamente el 40 % en las mujeres menores de 35 años a aproximadamente el 4 % en las mujeres mayores de 42. La mala calidad de los espermatozoides también desempeña un papel crucial, ya que un recuento bajo de espermatozoides o una movilidad deficiente pueden provocar el fracaso de la FIV, y los factores masculinos son responsables de aproximadamente el 40-50 % de los casos de infertilidad. La calidad de los embriones es otro factor crítico; no todos los embriones se desarrollan normalmente, lo que conduce al fracaso de la implantación o al aborto espontáneo temprano. Las pruebas genéticas preimplantacionales (PGT) pueden ayudar a identificar embriones viables.
- Factores uterinos: Los fibromas, pólipos o anomalías en el revestimiento uterino pueden impedir una implantación exitosa; las anomalías uterinas están presentes en el 10-15% de las mujeres infértiles.
- Desequilibrio hormonal: El desequilibrio hormonal afecta muchos aspectos del proceso reproductivo, y los niveles elevados de hormona folículo estimulante (FSH) se relacionan con una reserva ovárica reducida y malos resultados.
- Problemas relacionados con la edad: La edad es un factor importante, ya que la edad materna avanzada disminuye la reserva ovárica y la calidad de los óvulos, y las mujeres de 38 a 40 años tienen alrededor de un 26,7% de posibilidades de tener un nacimiento vivo por ciclo.
- Factores del estilo de vida Al igual que fumar, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y el estrés elevado afectan negativamente la fertilidad; dejar de fumar aumenta potencialmente el éxito de la FIV hasta en un 34%.
- Factores genéticos: Los factores genéticos pueden provocar un desarrollo deficiente del embrión y un fracaso de la implantación; la detección genética ayuda a su identificación temprana.
- Problemas de implantación: Desafíos como la sincronía embrionario-endometrial, las respuestas inmunes o la trombofilia pueden ser responsables de hasta el 50% de los fracasos recurrentes de FIV, incluso con embriones de alta calidad.
Comprender estos factores potenciales puede ayudar a los médicos a diseñar planes y estrategias de tratamiento a medida para mejorar las posibilidades de éxito en los ciclos de FIV posteriores. Es posible que las parejas necesiten una evaluación exhaustiva, que incluya exámenes físicos y pruebas diagnósticas, para determinar las razones de un ciclo de FIV fallido. En función de esta evaluación, se puede diseñar un plan de seguimiento personalizado. Esto puede incluir más pruebas, ajustes de los protocolos de medicación, modificaciones del estilo de vida o servicios de apoyo continuos, como asesoramiento o grupos de apoyo.
Mantener la esperanza y la perseverancia es fundamental, ya que cada intento aporta nuevos conocimientos y posibilidades. Si se abordan los factores subyacentes y se toman decisiones informadas, el sueño de ser padres puede convertirse en realidad para muchos.