¡Dios mío! Este paraíso de ensueño, según cualquier criterio de evaluación conocido, es algo que va más allá de lo extraordinario. Una casa de sanación, donde la presencia del Espíritu Santo, la arquitectura terapéutica y la fe divina e inquebrantable de su dueña y lo que ella aporta se combinan para generar una experiencia transformadora para quienes viven bajo su techo.
Se ha hablado públicamente de la ganadora del premio, Aiin Duncombe, y de su trayectoria vital de 88 años. Por eso, hoy la atención se centra más en la constitución arquitectónica de su casa y en el papel decisivo y protagónico que ha desempeñado en sus logros.
Para contextualizar, Duncombe abandonó la isla en 1957 con destino al Reino Unido, donde acabó convirtiéndose en enfermera psiquiátrica titulada para personas con trastornos mentales. Cuando se jubiló, Duncombe, que nunca se casó ni tuvo hijos, abrió un hogar para discapacitados mentales. Durante ese tiempo, esta devota cristiana se vio gravemente afectada y tuvo problemas con la diabetes. Buscó atención urgente en Estados Unidos en un centro de salud de estilo de vida (medicina alternativa), donde, según dijo, se revirtió su aguda enfermedad. De vuelta en Inglaterra, debido al intenso frío, se retiró a Florida durante algunos años, pero la enfermedad de su hermana la obligó a trasladarse a Jamaica para estar cerca de ella. Necesitaba comprar una casa aquí.
En 2007, la señora se quedó prendada de esta casa de arquitectura individualizada en un terreno de un acre, en el codiciado barrio de Ironshore, en Montego Bay. Fue ampliada y remodelada con el mismo estilo exterior.
La residencia que funciona con energía solar ahora cuenta con nueve habitaciones y 13 baños; cocina principal y auxiliar con encimeras de granito; comedor y sala de estar en el piso superior; balcones envolventes con vista al jardín y un patio en la planta baja con piscina y jardín floreciente.
El diseño exterior, en color blanco, se reconoce al instante por todas esas columnas y vigas orgullosas que sobresalen de la parte superior de su estructura, transmitiendo fuerza y atractivo a los espectadores. El voladizo de la cubierta, con ventanales a dos aguas, inunda el interior de abundante luz natural, dando predominio y distinción a la fachada.
Esta es la parte fascinante de su hogar espiritual: el programa y la experiencia que cambió la vida de Duncombe se han replicado aquí mismo, gracias al Todopoderoso, con su participación en una solución de bienestar de prevención, tratamiento, gestión y reversión de enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida. Los huéspedes llegan, algunos dados por muertos, otros en extrema necesidad por no poder contribuir económicamente, pero nunca son rechazados. Ella no obtiene ningún beneficio.
Barry Rattray es un diseñador y constructor de casas de ensueño. Envíe sus comentarios por correo electrónico a barryrattray1@hotmail.com y estilo de vida@gleanerjm.com.