El arresto de Paul Watson es un insulto a la libertad y a la naturaleza

El domingo 21 de julio de 2024, el barco de Paul Watson, el John Paul DeJoria, Atracó en Nuuk, Groenlandia, para repostar antes de dirigirse al Pacífico Norte. En cuanto se apagaron los motores, 14 agentes de policía, que acababan de llegar de Dinamarca para interceptarlo, abordaron el barco, esposaron a Watson y lo pusieron bajo custodia. A día de hoy, Watson lleva 51 días en prisión en Nuuk. La semana pasada, un tribunal de distrito de Nuuk extendido Watson y su equipo legal han apelado ante el Tribunal Superior de Groenlandia, según AP. Watson podría enfrentarse a una pena de hasta 15 años de prisión.

Watson se dirigía a bloquear el Kangei Maru, un modelo completamente nuevo, 9.300 toneladas El “buque nodriza” japonés, que se embarcó en una expedición de caza de ballenas en el Pacífico Norte, fue inaugurado por Japón en mayo y le costó al país un precio asombroso: aproximadamente 50 millones de dólares¿Cómo se pudo construir semejante abominación en 2024, mientras… ballenas El hecho de que los cetáceos que aún no se han recuperado de siglos de caza es desconcertante. Unos días después del arresto de Watson, la flota que pretendía detener mató a una ballena de aleta de 19,6 metros y 55 toneladas, la primera ballena de aleta de su especie en ser asesinada en los últimos 50 años.

Watson ha estado luchando por las ballenas desde que fundó Sea Shepherd en 1977, aunque hoy en día, sólo sigue involucrado con Sea Shepherd Brasil y Sea Shepherd Francia—de la cual fui cofundador y sigo siendo presidente. Hemos sido amigos y colegas durante 20 años, y hemos utilizado la acción directa para proteger los océanos y la vida marina del mundo. Estoy escribiendo esto en Nuuk, a donde viajé para visitar a Watson y ayudar con su defensa legal. Mientras esté detenido, me ha dado un poder notarial. Él, su equipo legal y yo insistimos en que su arresto se basa en pruebas fabricadas y ha sido confirmado por ellas.

La policía danesa arrestó a Watson basándose en una orden emitida por Japón en 2012. Se le acusa de “conspiración para invadir una propiedad privada”, “daños y destrucción de propiedad” y “obstrucción a los negocios”, durante hechos que supuestamente ocurrieron el 11 y el 15 de febrero de 2010, mientras Watson lideraba una de sus muchas campañas contra la caza de ballenas en el santuario de ballenas de la Antártida.

Sin embargo, la orden no cuenta la historia completa.



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