El cortometraje de Bonnie MacRae, All Up There, es identificable y oscuramente cómico para quienes padecen endometriosis.

Las imágenes de la película, de ritmo rápido, inmersivas y multifacéticas, contrastan tomas de salas de espera de hospitales con salidas nocturnas juveniles, con el objetivo de presentar al público la dualidad de la vida con una enfermedad crónica. Para crear una verdadera conciencia sobre el tema, Bonnie consideró que era importante mostrar “no sólo los aspectos físicos de la enfermedad y el costo mental que conlleva, sino también las partes 'normales' de la vida de una persona joven”, dice. El contraste entre estos dos mundos visuales fue “una de las cosas más importantes a establecer” en el montaje de la película, para mostrar el impacto más amplio que puede tener una condición invisible y para que el público viera “lo difícil que puede ser tener partes”. de tu vida que te quitarán” cuando seas mayor de edad.

Teniendo en primer plano su mensaje de cambios vitales en la atención de la endometriosis, todo el proyecto se rodó durante dos días en Glasgow con un equipo exclusivamente femenino y un presupuesto muy pequeño gracias al apoyo de GMAC Film y Creative Scotland. Sin formación formal en producción o realización cinematográfica, “fui aprendiendo mucho a medida que avanzaba”, dice Bonnie. El proyecto también fue una oportunidad para realizar toda la postproducción de una historia muy personal para ella, vinculando su edición con una colaboración con el DJ y compositor Kerr Darling para la banda sonora electrónica de la película. La pista de Kerr se construyó a partir de sonidos que Bonnie había tomado de su “sala de espera del médico de cabecera, del hospital y del contestador automático”, mostrando la realidad de algunas de sus experiencias médicas en los detalles más pequeños del paisaje sonoro de la película.

Desde su debut, la película ha atraído la atención de festivales y plataformas en línea, lo que le dio a Bonnie la oportunidad de firmar con Bacon Productions y mudarse a Londres para “comenzar a darle una oportunidad a la dirección”, dice. Bonnie también tuvo la oportunidad de proyectar el corto en el parlamento, donde organizó un panel junto a organizaciones benéficas, políticos y activistas para dar un discurso sobre sus experiencias con la endometriosis, una experiencia que la hizo sentir “inspirada y desinflada”, nos dice.

Abrumada por la cantidad de personas que se han conectado con la película y han compartido su camino hacia el diagnóstico con ella, Bonnie explica que “todavía queda mucho por hacer para mejorar y revolucionar la atención de la endometriosis”. Los créditos finales de la película ofrecen algunas estadísticas apremiantes: “1,5 millones de personas viven con endometriosis en el Reino Unido” y “el 54 por ciento de la gente no sabe qué es” aún queda un largo camino por recorrer… “Pero para saber eso Todo ahí arriba ha jugado un pequeño papel en conectar con aquellos que sufren, significa mucho para mí”, dice el director.

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