¿Quién no ha maldecido a su despertador cuando es hora de “adelantar” la hora y perder una hora de sueño precioso? Todos lo hacemos, pero ¿alguna vez te has parado a pensar qué impacto puede tener el cambio de horario de verano en tu estilo de vida, en particular en tu salud?
Un equipo de investigadores de Carolina del Norte (CAROLINA DEL NORTE) Universidad Estatal, Universidad de Manitoba, Universidad de Ciencias Aplicadas de Berna, Universidad de Carolina del Sury la Universidad Bautista de California (Unión Búnker) decidió echar un vistazo más de cerca.
El objetivo de su estudio, titulado acertadamente “¿Adelantar el horario de verano = retrasar el horario de verano? El efecto del cambio de horario de verano en el comportamiento poco saludable de los consumidores”, fue determinar si el inicio del cambio de horario de verano provoca que los consumidores adopten comportamientos poco saludables.
El cambio de horario de verano: ¿una bendición o una maldición?
La mayoría de nosotros en los Estados Unidos cambiamos nuestros relojes dos veces al año. Esa transición de “adelanto” ciertamente genera una buena cantidad de quejas por la pérdida de una hora de sueño. pérdida de sueño Podría ser sólo la punta del iceberg.
Este estudio utilizó dos conjuntos de datos únicos a nivel desagregado para capturar el comportamiento del consumidor con respecto al consumo de refrigerios y las visitas al gimnasio.
El equipo comparó el consumo de calorías de los snacks envasados y las visitas a gimnasios de dos grupos de clientes: los afectados por el cambio de hora y los que no. Los resultados fueron bastante esclarecedores.
La amarga verdad sobre los antojos de dulces
La investigación mostró que el consumo de calorías provenientes principalmente de refrigerios poco saludables aumenta Después del cambio de horaAdemás, las visitas a los gimnasios disminuyen.
Este efecto se amplifica durante las horas de la tarde y en los días nublados. Parece que la falta de sueño causada por esa hora de retraso comienza a hacer mella en nuestro autocontrol, lo que conduce a un comportamiento de consumo menos saludable.
¿Qué tal si retrocedemos?
Se podría pensar que ganar una hora extra de sueño cuando pasamos del horario de verano al horario estándar (durante el otoño) podría tener un efecto positivo en los hábitos alimentarios.
Curiosamente, el estudio descubrió que la transición al otoño no tuvo ningún efecto sobre las calorías consumidas provenientes de refrigerios poco saludables.
Estos hallazgos constituyen un sólido argumento para que los responsables de las políticas consideren poner fin a los cambios de hora bianuales. Desde una perspectiva de bienestar del consumidor, los investigadores sugieren que las campañas de salud pública que promuevan la alimentación saludable y el ejercicio podrían ser especialmente necesarias en torno al cambio de hora.
Para los consumidores, los resultados son un llamado a la acción. Debemos hacer hincapié en las estrategias de autocontrol, como evitar aprovisionarse de snacks poco saludables antes del cambio de hora.
A los miembros de un gimnasio les puede resultar beneficioso planificar actividades cerca del centro para reducir el esfuerzo que supone acudir a él tras el cambio de horario. Aquellos de nosotros que somos susceptibles a fallos de autocontrol podemos beneficiarnos de buscar el apoyo de compañeros y plataformas que incentiven conductas saludables.
La tecnología en diversas industrias
“Nuestro estudio indica que la llegada del cambio de hora supone un obstáculo para los objetivos de salud de los consumidores, lo que sugiere que los responsables políticos deberían seguir intentando poner fin a los cambios de hora. Además, desde la perspectiva del bienestar del consumidor, las campañas de salud pública que promuevan la alimentación saludable y el ejercicio podrían ser especialmente necesarias en torno al cambio de hora”, señalaron los investigadores.
Las nuevas tecnologías, como los sistemas de iluminación circadiana inteligente, podrían ayudar a los consumidores a reajustar sus relojes circadianos de forma menos disruptiva. Las aplicaciones diseñadas para reducir el desfase horario en los viajeros también pueden utilizarse para minimizar el efecto del cambio de hora.
Para las empresas de sectores relacionados con la salud, estos conocimientos se pueden utilizar para anticipar la demanda y servir mejor a sus clientes cuando se acerca el horario de verano.
Por ejemplo, los gimnasios podrían ofrecer promociones como café gratis o concursos para contrarrestar la tendencia de los consumidores a dejar de hacer ejercicio después del cambio de horario.
Adaptación al horario de verano
A medida que el reloj avanza, ¿por qué no adoptar algunas estrategias inteligentes para adaptarse sin problemas? Nuevo horario?
Comience por ajustar gradualmente sus patrones de sueño unos días antes del cambio para aliviar el impacto en su ritmo circadiano.
Una vez que el cambio se haga efectivo, evite los antojos concentrándose en la hidratación y en alimentos ricos en nutrientes. Además, comprométase con un rutina de ejerciciosIncluso una caminata rápida puede mejorar tu estado de ánimo y tu energía.
Mientras continúa el debate sobre si se debe mantener o abolir el cambio de hora, lo que está claro es que debemos ser conscientes de nuestra salud en estos cambios de horario. Así que, la próxima vez que se adelante la hora, tal vez debamos pensarlo dos veces antes de coger esa bolsa de patatas fritas.
El estudio se publica en la revista Revista de marketing.
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