El mundo pintado, preciso y abstracto, de Ben Sanders

Magnificar esta forma cotidiana industrial y celebrarla con muchos adornos gráficos únicos no es lo único en lo que ha estado trabajando el artista. La serie actual de obras acrílicas y a base de agua sobre lienzo de Ben, Átomo y Sirenahan sido para él una forma de explorar espacios sin humanos y representar “escenas de la tierra que existen en el futuro lejano”, algo con lo que su producción visual ha estado vagamente conectada en los últimos tres o cuatro años.

Cansado del momento actual de “hiperindividualismo y autoobsesión mediada por la tecnología”, las pinturas de Ben son un descanso de lo cotidiano: espacios abstractos, sin humanos, que son simplemente un patio de juegos para explorar las diferentes posibilidades de la pintura. Elaboradas con una variedad de técnicas: “enmascaramiento de precisión, pulverización con varios tipos de pistolas pulverizadoras, inundación, lijado, lavado y superposición”, estas colecciones de pinturas precisas a menudo se confunden con obras digitales a primera vista, nos dice el artista.

Con una calidad de acabado tan alta, Ben pretende explorar hasta dónde puede llevar sus técnicas de pintura para crear estas escenas abstractas. Se pregunta: “¿Cómo aplico la pintura de una manera abstracta que pueda hacer que el cerebro del espectador relacione lo que está viendo con una experiencia visual familiar? Al mismo tiempo, ¿cómo puedo imbuir la imagen con elementos que hagan que el espectador se pregunte qué está pasando exactamente?”, para poder pasar constantemente de lo familiar a lo extraño.

En cuanto al uso que hace del color en sus obras, Ben está dispuesto a aprender tanto de la magistral combinación de colores de una lata de refresco como de un cuadro de Van Gogh. Coleccionista y autoproclamado “fanático de los mercadillos”, se inspira tanto en objetos efímeros y baratijas del pasado como en nuestra era digital. El pintor aspira a crear obras “que parezcan hechas aquí y ahora”, situadas en algún lugar de una saturación de imágenes coloridas con las que nos bombardean todos los días. Sobre sus múltiples matices de inspiración, el artista concluye: “Las influencias de todos los diferentes códigos visuales de nuestro tiempo (más que nunca antes en la historia de la humanidad) son todas igualmente válidas (…) Diría que soy un ávido seguidor de la mayoría de los rincones del universo visual: arte, diseño, arquitectura, muebles, moda, coches, productos, tecnología, publicidad, etc. Soy un adicto a Instagram. Soy una persona de esponja, siempre dispuesta a mirar, mirar, mirar cualquier cosa y todo”.

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