Estéticamente, 2ly se ha centrado en “temas diversos de ornamentación y diseño maximalista”, basándose en señales gráficas de las letras del siglo XVIII, un período considerado la edad de oro de la escritura de cartas. Al reinventar, remezclar y subvertir las expresiones “floridas, románticas, de cortar y pegar” de la época, 2ly recontextualiza la forma en un entorno contemporáneo. “Estas letras nos dan espacio para jugar: las diseñamos de forma rápida e intuitiva”, dice 2ly. Optan por una forma de trabajar más relajada y emotiva, recurriendo a la tipografía inspirada en su amor mutuo por la literatura.
Si bien el diseño no tiene restricciones, la impresión Riso de las letras ofrece limitaciones claras desde el principio. “La totalidad de cada letra debe presentarse en un archivo de impresión A3 a doble cara y utilizar solo dos colores”, explica 2ly. “Dentro de esta limitación, el formato es totalmente gratuito, por lo que puede ser una sola hoja A3 o muchas hojas pequeñas y cualquier cosa intermedia”. Cromáticamente, los colores elegidos para cada correspondencia crean una cadena en la que cada uno toma un color del anterior. “Las elecciones estéticas y narrativas son, en última instancia, el resultado de que jugamos dentro de las limitaciones del medio impreso”, añaden, convirtiendo el acto de diseñar en algo en última instancia instintivo y menos precioso. “Significa que podemos correr más riesgos visuales ya que no sentimos que tenemos el control total de la imagen final”.
A falta de varios meses, la correspondencia de 2ly está claramente teniendo un impacto: desafía el individualismo y la capacidad de atención limitada a través de una forma amable y enriquecedora. “Escribir una carta es un momento de reflexión que no sólo tiene sus raíces en un yo, es un ejercicio para reservar tiempo para alguien a quien amas”, finaliza el grupo. “No se trata del yo (el diseñador), sino de la preservación de algo que se sitúa entre el yo y el tú”.