explorando la ciudad a través de los evocadores mapas de Andrés Sandoval

Cuando me invitaron a escribir esta columna, la parte más difícil fue decidir un punto de partida. ¿Cómo abrir una ventana a una ciudad tan vasta y compleja como São Paulo? Me di cuenta de que tal vez una forma de abordar esto sería trazar un mapa del terreno. Para esta difícil tarea, recurrí al trabajo del artista, ilustrador y diseñador radicado en São Paulo Andrés Sandoval, quien ha realizado muchos intentos fructíferos en esta dirección.

Es probable que los lectores conozcan São Paulo como una de las megaciudades más grandes del mundo (más de 20 millones de habitantes en el área metropolitana) y como la encarnación tanto de la extrema sofisticación como de la extrema precariedad, debido a sus brutales niveles de desigualdad social.

Al carecer de un plan estructurado a largo plazo, São Paulo creció rápidamente desde la década de 1920 hasta finales del siglo pasado. Gobernada casi exclusivamente por intereses económicos y especulación inmobiliaria, se convirtió en un monumento al caos. El antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, al visitar la ciudad en 1935, señaló que “el crecimiento de São Paulo es tan rápido que es imposible obtener un mapa de la ciudad: cada semana haría falta una nueva edición”. Le intrigaba una ciudad donde todavía todo está en construcción pero ya parece estar en ruinas.

Pero la vitalidad de la ciudad proviene precisamente de ese cosmopolitismo, que está íntimamente ligado a los problemas antes mencionados. Además de la gran parte de la población originaria de Portugal (durante la época colonial y poco después) y de África (esclavos, principalmente de Angola, Senegal y Nigeria), São Paulo ha sido destino de posteriores oleadas de inmigración: italianos, japoneses, sirios, libaneses, judíos de Europa del Este, chinos, coreanos, bolivianos, etc., así como de migraciones internas, especialmente procedentes del nordeste del país. El atractivo de São Paulo reside, sin duda, en esta mezcla de culturas.

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