La ciencia dice que has estado hablando con tu perro completamente mal

La mayoría de la gente tiene una voz especial reservada para los perros. Puede subir o bajar, o incluso convertirse en un lenguaje infantil. Y si no tiene uno, una nueva investigación sugiere que cultivar uno podría ser beneficioso para usted y su perro.

A artículo reciente publicado en el diario Más biología descubrió que, según la actividad observada en los cerebros de perros y humanos, es más probable que los perros comprendan la información cuando se les transmite a un ritmo más lento. La investigación se llevó a cabo en el Centro Nacional de Competencia en Investigación Lenguaje en Evolución.

“El objetivo principal de este estudio era realmente tratar de comprender qué sucede en el cerebro de un perro cuando escucha el habla humana”, dijo el primer autor del artículo. Eloïse Déauxdice una investigadora de ecología del comportamiento en la Universidad de Ginebra y también entrenadora de perros. Inverso. “Y no cualquier tipo de discurso, sino un discurso dirigido a él o ella”. En particular, Déaux estaba interesado en comparar procesos cerebrales en diferentes especies. En este caso, ella y su equipo se centraron en cómo los cerebros humanos y caninos procesan la información auditiva.

Déaux fue el primero en estandarizar la rapidez con la que vocalizan los perros y los humanos. Ella y su equipo extrajeron audio de videos de YouTube de perros ladrando, gruñendo, gimiendo y aullando, así como de humanos hablando tanto con otros humanos como con perros en inglés, francés, italiano, japonés y vietnamita. El equipo descubrió que los perros hacían alrededor de dos vocalizaciones por segundo, mientras que los humanos hacían cuatro por segundo cuando hablaban con otros humanos. Sin embargo, el habla dirigida por perros fue más lenta que la dirigida por humanos, con aproximadamente tres vocalizaciones por segundo.

Estas velocidades de vocalización se traducen en diferentes pistas, lo que Déaux llama seguimiento del habla. Los perros vocalizan en lo que Déaux denomina banda delta, mientras que los humanos vocalizan en la banda theta. Estas dos bandas representan el número de vocalizaciones por segundo, pero también se traducen en actividad cerebral, que refleja poblaciones de neuronas que se activan al mismo tiempo.

Usó estas conclusiones en su segundo experimento, que implicó observar la actividad cerebral en 11 humanos y 8 perros. Primero, los perros se pusieron tapas de electrodos mientras escuchaban grabaciones de las voces de sus dueños diciendo palabras de comando. Déaux y su equipo alteraron estas grabaciones ralentizándolas, acelerándolas o cambiando su contenido por completo. Luego registraron su actividad cerebral a través de los electrodos. El equipo también observó si los perros cumplían con estas grabaciones alteradas, lo que demostró si los perros podían entender las órdenes.

Descubrió que cuando el habla humana llegaba a la banda delta (alrededor de 2 vocalizaciones por segundo) era cuando los perros tenían más probabilidades de comprender sus órdenes. Esencialmente, cuando el habla humana coincidía con la velocidad a la que el cerebro de los perros comprende mejor la información auditiva, los perros podían entender mejor lo que decían sus humanos.

Este hallazgo les dice a los dueños de perros que reduzcan su movimiento, especialmente cuando dan órdenes. “Tómate tu tiempo para hablar con tu perro”, sugiere Déaux. “Si los perros están predispuestos a comprender mejor el habla lenta, entonces tiene sentido que, si desea una comunicación más eficiente, intente adaptar su habla a sus capacidades”. Con eso, enfatiza la importancia de la coherencia al hablar con su perro. “Esto demuestra lo importante que es para nosotros usar siempre las mismas palabras”, afirma. Por ejemplo, asegúrese de que los comandos que utilice sean coherentes en la elección de palabras y el tono. De esta manera, aumentas la probabilidad de alcanzar esa banda delta en tu vocalización y en el cerebro de tu perro.

Déaux dice que este comportamiento es una consecuencia de la coevolución entre humanos y perros. “Tan pronto como empezamos a domesticar perros, empezamos a trabajar de forma cooperativa con ellos”, dice. “Estas tareas cooperativas habrían requerido habilidades comunicativas eficientes”.

En última instancia, este artículo proporciona la base científica para hablarle más lentamente a su perro, pero también refleja el vínculo milenario que compartimos con nuestros cachorros.

“Sugiere que la forma en que las interacciones comunicativas que tenemos ahora día a día con nuestros perros provienen de este vínculo largo y cooperativo que hemos creado con los perros desde el principio”.

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