Nota: Desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX, las instituciones educativas, desde las escuelas primarias hasta las universidades, buscaron no solo desarrollar las habilidades académicas de los estudiantes, sino cultivar, como lo expresa un libro de texto de 1849, su “sentimientos virtuosos y nobles”.
En 1916, la Character Education Institution, una especie de centro de investigación sobre la educación moral en las escuelas, organizó un concurso para elegir el mejor código de moralidad para niños, un código que explicara los principios básicos fundamentales para llevar una vida moral. El ganador fue escrito por William J. Hutchins, presidente de una universidad. Luego se comparó con listas de 650 posibles actos morales, 92 “características humanas deseables”, otras propuestas del concurso y literatura sobre educación moral, y posteriormente se revisó y amplió en consecuencia. “El Código de moralidad infantil para escuelas primarias” se publicó en 1926 y se animó a los estudiantes a defender sus principios formando clubes en el aula dedicados a su apoyo.
LA MORAL ELEMENTAL DE LA CIVILIZACIÓN
Los niños y niñas que son buenos estadounidenses intentan ser fuertes y útiles, dignos de su nación, para que nuestro país sea cada vez más grande y mejor. Por lo tanto, obedecen las leyes de una vida correcta que los mejores estadounidenses siempre han obedecido.
I. LA LEY DEL AUTOCONTROL
LOS BUENOS AMERICANOS SE CONTROLAN A SÍ MISMOS
Aquellos que mejor se controlan a sí mismos pueden servir mejor a su país.
1. Controlaré mi lengua y no le permitiré hablar palabras malas, vulgares o profanas. Pensaré antes de hablar. Diré la verdad y nada más que la verdad.
2. Controlaré mi temperamento y no me enojaré cuando las personas o las cosas me desagraden. Incluso cuando me indigne algo que no es correcto y me contradiga, mantendré el control.
3. Controlaré mis pensamientos y no permitiré que un deseo necio arruine un propósito sabio.
4. Controlaré mis acciones. Seré cuidadoso y ahorrativo e insistiré en hacer lo correcto.
5. No ridiculizaré ni profanaré el carácter de otro; mantendré mi respeto por mí mismo y ayudaré a los demás a mantener el suyo.
II. LA LEY DE LA BUENA SALUD
LOS BUENOS AMERICANOS TRATAN DE GANAR Y MANTENER UNA BUENA SALUD
El bienestar de nuestro país depende de quienes estén físicamente aptos para su trabajo diario. Por lo tanto:
1. Intentaré comer, dormir y hacer ejercicio de manera que me mantengan siempre en buena salud.
2. Mantendré mi ropa, mi cuerpo y mi mente limpios.
3. Evitaré aquellos hábitos que me puedan dañar, y crearé y nunca romperé aquellos hábitos que me ayudarán.
4. Protegeré la salud de los demás y velaré por su seguridad y por la mía propia.
5. Me volveré fuerte y hábil.
III. LA LEY DE LA BONDAD
En Estados Unidos, quienes son diferentes deben vivir en las mismas comunidades. Somos de muchas clases diferentes, pero somos un gran pueblo. Toda falta de amabilidad daña la vida común; toda amabilidad ayuda. Por lo tanto:
1. Seré amable en todos mis pensamientos. No guardaré rencores ni rencores. Nunca despreciaré a nadie.
2. Seré amable en todas mis palabras. Nunca chismearé ni hablaré mal de nadie. Las palabras pueden herir o curar.
3. Seré bondadoso en mis actos. No insistiré egoístamente en salirme con la mía. Seré educado: las personas groseras no son buenos estadounidenses. No causaré problemas innecesarios a quienes trabajan para mí, ni olvidaré estar agradecido. Tendré cuidado con las cosas de otras personas. Haré todo lo posible para prevenir la crueldad y ayudaré a quienes la necesiten.
IV. LA LEY DEL DEPORTIVO
El juego fuerte aumenta y entrena la fuerza y el coraje. El espíritu deportivo ayuda a ser un caballero, una dama. Por lo tanto:
1. No haré trampas; respetaré las reglas, pero jugaré con ahínco, por la diversión del juego, para ganar con fuerza y habilidad. Si no jugara limpio, el perdedor perdería la diversión del juego, el ganador perdería su autoestima y el juego en sí mismo se convertiría en un asunto mezquino y a menudo cruel.
2. Trataré a mis oponentes con cortesía y confiaré en ellos si lo merecen. Seré amigable.
3. Si juego en un partido de grupo, jugaré, no por mi propia gloria, sino por el éxito de mi equipo.
4. Seré un buen perdedor o un ganador generoso.
5. Y tanto en mi trabajo como en mi juego seré deportista: generoso, justo y honorable.
V. LA LEY DE LA AUTOSUFICIENCIA
LOS BUENOS AMERICANOS SON AUTOSUFICIENTES
La vanidad es una tontería, pero la confianza en sí mismos es necesaria para que los niños y niñas sean fuertes y útiles.
1. Escucharé con gusto los consejos de personas mayores y más sabias; reverenciaré los deseos de quienes me aman y se preocupan por mí, y que conocen la vida y a mí mejor que yo. Desarrollaré independencia y sabiduría para elegir por mí mismo, actuar por mí mismo, de acuerdo con lo que parezca correcto, justo y sabio.
2. No tendré miedo de que se rían de mí cuando tenga razón. No tendré miedo de hacer lo correcto cuando la multitud haga lo incorrecto.
3. Cuando me encuentre en peligro, en problemas o sufra, seré valiente. Un cobarde no es un buen estadounidense.
VI. LA LEY DEL DEBER
LOS BUENOS AMERICANOS CUMPLEN CON SU DEBER
El holgazán y el holgazán voluntario viven de los demás y cargan injustamente a sus conciudadanos con trabajo. No hacen su parte por el bien de su país.
Intentaré descubrir cuál es mi deber, qué debo hacer como buen americano, y mi deber lo cumpliré, sea fácil o difícil. Lo que es mi deber hacer lo puedo hacer.
VII. LA LEY DE LA CONFIABILIDAD
LOS BUENOS AMERICANOS SON CONFIABLES
Nuestro país se vuelve grande y bueno a medida que sus ciudadanos pueden confiar más plenamente unos en otros. Por lo tanto:
1. Seré honesto en cada acto y muy cuidadoso con el dinero. No haré trampa ni fingiré ni me escabulliré.
2. No haré nada malo con la esperanza de no ser descubierto. No puedo ocultarme la verdad a mí mismo. Tampoco dañaré la propiedad de otros.
3. No tomaré sin permiso lo que no me pertenece. Un ladrón es una amenaza para mí y para los demás.
4. Cumpliré con prontitud lo que prometí. Si hice una promesa insensata, confesaré inmediatamente mi error y trataré de reparar cualquier daño que mi error haya podido causar. Hablaré y actuaré de modo que a las personas les resulte más fácil confiar entre sí.
VIII. LA LEY DE LA VERDAD
1. Seré lento en creer las sospechas para no cometer injusticia; evitaré las opiniones apresuradas para no equivocarme en cuanto a los hechos.
2. Mantendré la verdad independientemente de mis gustos y disgustos, y despreciaré la tentación de mentir para mí o para mis amigos: ni ocultaré la verdad a quienes tienen derecho a ella.
3. Buscaré pruebas y seré preciso en lo que vea y oiga; aprenderé a pensar para poder descubrir nuevas verdades.
IX. LA LEY DE LA BUENA OBRA
LOS BUENOS AMERICANOS TRATAN DE HACER LO CORRECTO DE LA MANERA CORRECTA
El bienestar de nuestro país depende de quienes han aprendido a realizar correctamente el trabajo que hace posible la civilización. Por lo tanto:
1. Recibiré la mejor educación posible y aprenderé todo lo que pueda como preparación para cuando sea mayor y trabaje en mi vida. Inventaré y mejoraré las cosas si puedo.
2. Me interesaré realmente en el trabajo y no me contentaré con hacer un trabajo descuidado, perezoso y meramente aceptable. adquiriré el hábito del buen trabajo y me mantendré alerta; Los errores y las equivocaciones causan dificultades, a veces desastres, y arruinan el éxito.
3. Haré lo correcto de la manera correcta para darle valor y belleza, aun cuando nadie más me vea o me elogie. Pero cuando haya hecho lo mejor que pude, no envidiaré a quienes lo hicieron mejor o recibieron una recompensa mayor. La envidia arruina el trabajo y al trabajador.
X. LA LEY DEL TRABAJO EN EQUIPO
LOS BUENOS AMERICANOS TRABAJAN EN COOPERACIÓN AMISTOSA CON SUS COMPAÑEROS DE TRABAJO
Uno solo no podría construir una ciudad o un gran ferrocarril. A uno solo le resultaría difícil construir un puente. Para tener pan, la gente sembró y cosechó, la gente hizo arados y trilladoras, construyó molinos y extrajo carbón, hizo estufas y guardó almacenes. A medida que aprendemos a trabajar juntos, el bienestar de nuestro país avanza.
1. En cualquier trabajo que haga con otros, haré mi parte y alentaré a otros a hacer la suya con prontitud.
2. Ayudaré a mantener en orden las cosas que utilizamos en nuestro trabajo. Cuando las cosas están fuera de lugar, a menudo estorban y, a veces, son difíciles de encontrar.
3. En todo mi trabajo con los demás, seré alegre. La tristeza deprime a todos los trabajadores y perjudica todo el trabajo.
4. Cuando haya recibido dinero por mi trabajo, no seré ni avaro ni derrochador. Ahorraré o gastaré como uno de los trabajadores amigos de Estados Unidos.
XI. LA LEY DE LA LEALTAD
Si nuestra América ha de ser cada vez más grande y mejor, sus ciudadanos deben ser leales, devotamente fieles en todas las relaciones de la vida; llenos de coraje y respetuosos de su honor.
1. Seré leal a mi familia. En lealtad obedeceré con gusto a mis padres o a quienes estén en su lugar, y les mostraré gratitud. Haré todo lo posible para ayudar a cada miembro de mi familia a obtener fortaleza y utilidad.
2. Seré leal a mi escuela. Con lealtad obedeceré y ayudaré a otros alumnos a obedecer aquellas reglas que promueven el bien de todos.
3. Seré leal a mi pueblo, a mi estado, a mi país. En lealtad respetaré y ayudaré a otros a respetar sus leyes y sus tribunales de justicia.