Los autorretratos de Olga Steinepreis revelan la presión de ser la madre “perfecta”

Olga, que utiliza la fotografía como herramienta para procesar los desafíos que enfrenta día a día como madre de tres hijos y como una forma de reflexionar sobre sus roles de género como madre, suele ir acompañada de múltiples versiones de sí misma en una misma imagen. Las composiciones de la fotógrafa visualizan maravillosamente la verdad bien conocida de que las responsabilidades parentales suelen ser demasiadas para que las pueda soportar una sola persona, y su doble apariencia habla de “la idea misma de la maternidad”, dice Olga. “No debería tratarse únicamente del sacrificio inconsciente de los propios intereses en favor del hogar y la familia”.

En lugar de un par de manos extra, algunas de estas repeticiones son a menudo inclusiones de sus yoes pasados ​​en sus fotografías, viviendo una vida de fantasía que ya no está a su alcance, tomando sol o navegando mientras pasa la aspiradora. “Sumerjo a mi heroína en un sueño surrealista sobre sus deseos, o tal vez sus pensamientos sobre lo que haría ahora en su antigua vida, antes de tener hijos. O tal vez, para ella, la realidad ya se ha fusionado con un sueño, y quién sabe qué le sucederá si continúa viviendo a este ritmo, sigue siendo incierto. Esta referencia a los sueños finalmente inspiró el título del proyecto, explica.

Olga suele tardar mucho en visualizar sus fotografías. “Siempre estoy pensando en dónde puedo fotografiar una idea concreta para que parezca más real”, explica. Antes de montar el trípode, la artista estiliza cada rincón del encuadre para asegurarse de que la imaginación y la realidad siempre se puedan combinar cuidadosamente.

En cuanto a los estándares sociales sobre la maternidad, la fotógrafa concluye: “El mundo moderno impone enormes exigencias a las mujeres… Ellas necesitan mucha más comprensión y apoyo tanto de su familia como de la sociedad (…) tiene que haber un mayor equilibrio”. La fotógrafa pretende continuar la serie con muchas más escenas surrealistas que tiene bajo la manga, mientras equilibra su viaje a través de la maternidad. “Realmente espero que pronto una cabeza me baste para comunicarme con todo el mundo, pero por ahora estaría bien tener al menos tres”.

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