La nueva película de Nelson Carlo de Los Santos es una salvaje fábula de exilio y resistencia cultural, narrada por un hipopótamo
A finales de la década de 1970, el narcotraficante Pablo Escobar trasplantó una pequeña manada de hipopótamos de Namibia a Colombia. Permanecieron en su finca hasta 1993, cuando fue asesinado por fuerzas especiales estadounidenses y colombianas. Después de eso, se dejó que los hipopótamos deambularan libremente, y 100 de estos 'hipopótamos de cocaína' se adaptaron a su nuevo hogar a lo largo del valle del río Magdalena. El cineasta dominicano Nelson Carlo de Los Santos Ariasque ganó el Oso de Plata por Pepeinicialmente se sintió atraído por esta historia no por la grandeza de esta historia en particular, sino por la historia del destino de un solo hipopótamo.
“La película se basó en esta historia que me contó Camilo Restrepo, un artista, sobre uno de los hipopótamos de Escobar”, dice el director. “Si un hipopótamo macho joven pelea con el alfa de su hinchazón y pierde, es expulsado del grupo; si tiene suerte encuentra otro grupo. Sin embargo, desde que este hipopótamo (Pepe) fue trasladado a Colombia, no hubo otros como él, por lo que vagó solo en el exilio. Esto fue devastador para mí: la sola imagen del hipopótamo, especialmente con el conocimiento (de lo que vino) después”. Carlo de Los Santos Arias examina las complejas intersecciones del colonialismo y el desplazamiento en el Caribe a través de una ficción especulativa que sitúa la trágica imposibilidad de este exilio en el centro de la película.
Pepe se estructura en torno a un monólogo pronunciado por esta criatura solitaria en español, afrikáans y mbukushu, una voz que cambia lingüísticamente a lo largo de su propio viaje de exilio. Primero, sólo es capaz de pronunciar sonidos – “He He He… Ah… Ee… Oiii” – antes de aprender el lenguaje y adquirir una nueva forma de conciencia, cuestionando su propia identidad y pertenencia: “¿Cómo sé estas palabras? ¿Cómo sé qué es una palabra? Carlo de Los Santos Arias explica: “El monólogo es la columna vertebral de la película. Se convirtió en una declaración filosófica, una declaración política que quedó incorporada en cada toma que tomé. Tuve muy claro desde el génesis contar esta película a través de un personaje fantástico, una fábula”.
En un modo similar al de Mati Diop DahomeyCarlo de Los Santos toma la fantasía especulativa como modo de examinar las historias del colonialismo; Dando voz a los históricamente sin voz, la historia del hipopótamo es un claro paralelo con las historias del Pasaje Medio. Pero Pepe desafía las narrativas cinematográficas e históricas, con una experimentación salvaje y una estructura épica y elíptica. Compuesto por imágenes en blanco y negro de 16 mm, color digital, cámaras de visión nocturna, tomas de drones e incluso fotogramas vacíos en blanco y negro cortados con un flujo poético, Carlo de Los Santos Arias le cuenta a AnOther su deseo de experimentar: “ Fui a la escuela de cine y arte. En la escuela de cine te enseñan que el cine es un producto. En la escuela de arte pensábamos en el cine como un objeto. Me interesa lo que significa crear una película que tenga materialidad y cuerpo, con el cine como lenguaje”.
La mayor parte de la película está filmada por el propio director, quien a menudo pasaba días viajando por la jungla para rastrear a los hipopótamos, solo para capturar breves momentos del drama que necesitaba. “La forma en que la luz incide en la película es muy personal para mi visión, mi estado de ánimo y un detalle que es muy difícil ordenarle a otra persona que haga”, explica. “Para las imágenes, me baso en mi propia sensibilidad más que en un proceso racional”. Además, Carlo de Los Santos Arias compuso la música de la película, que actúa como impulsor del ritmo de la progresión narrativa: “El diseño sonoro siempre es lo primero para mí, porque es imposible entender la percepción del tiempo, de la duración, del sentimiento, del flujo sin él”.
La película está dividida libremente en dos secciones. En la primera parte, vemos un breve preludio con imágenes noticiosas de la muerte de Escobar en 1993, seguido de un recorrido cronológico del viaje de los hipopótamos desde Namibia. En el primero, seguimos a un grupo de turistas alemanes en un safari, y su mirada y actitud colonial hacia las comunidades locales, antes de seguir a Pepe en su viaje épico por tierra y mar. “Desde el principio de mi carrera, incluso en mi primer cortometraje, estuve probando muchos formatos; dependía de las cámaras que la gente me prestaba. Pero la película es también una exposición visual de la identidad caribeña, compuesta por todos estos diferentes lenguajes, entonaciones e historias, que es relacional y criolla. En cierto modo, es una película de Frankenstein”.
En la segunda parte de la película, Pepe pasa de ser nuestro protagonista a la figura mítica y forastera perseguida interpretada por los pescadores locales que viven en un pequeño pueblo a lo largo del río Magdalena. Somos testigos de su vida cotidiana, de una sorprendente secuencia de un concurso de belleza y de la caza de nuestro hipopótamo del mismo nombre a lo largo del río. “No lo pensé en dos partes, sino más bien en una exploración continua de las estructuras de poder y de la figura simbólica del macho, que es el problema de Pepe, de Pablo Escobar y de los pescadores”, dice Carlo de Los Santos. Arias. “Lo que la película realmente aborda es la constitución del alfa, que a veces conduce a una dictadura, a la violencia, no sólo entre personas, sino en la forma en que los humanos dominan estos paisajes”.
A medida que avanzan los créditos al final de la película, leemos que Pepe es el primero de una serie de obras denominadas Estudios de la imaginación. Carlos de Los Santos está interesado en alejarse de la “americanización” del cine que ha sido el “cerebro visual del mundo imperial, influyendo en los niños desde muy pequeños para que lean imágenes y símbolos de una manera particular”. Más bien, está interesado en crear un cine caribeño que coloque la imaginación en un contexto político: “Quiero decir, ¿cómo habla un hipopótamo? Es algo que está lleno de imaginación. Creo que necesitamos imaginación en el ámbito político para imaginar un mundo que aún no existe; no sólo temas fantásticos, sino nuevas formas de amor, de sentimientos”.
Pepe se estrenará en el Festival de Cine de Londres el 17 de octubre.