Por qué Kenia tiene el potencial de convertirse en la potencia de vehículos eléctricos de África

Jit Bhattacharya es cofundador y director ejecutivo de BasiGo, una empresa emergente de autobuses eléctricos con sede en Nairobi. La empresa ha recaudado más de 22 millones de dólares de inversores como British International Investment y Toyota. Adquiere sus autobuses a fabricantes chinos como BYD.

La entrevista ha sido editada para mayor brevedad y claridad.

¿Por qué es importante crear una empresa de vehículos eléctricos en Kenia?

En los últimos dos años, Kenia ha experimentado un rápido aumento de los precios de los combustibles porque el país importa el 100% de su consumo y gasta unos 500 millones de dólares mensuales en importaciones. Pero el 90% de nuestra electricidad proviene de energía geotérmica, que es limpia. Hay un enorme excedente de energía renovable por la noche, entre las 22:00 y las 6:00, porque Kenia no tiene suficiente actividad industrial. Y, por lo tanto, hay un enorme excedente de energía geotérmica y eólica que simplemente se desperdicia. Lo que eso significa es que, si se instala un autobús eléctrico aquí en Nairobi en lugar de uno de los diésel, matatus (minibuses de propiedad privada), puedes cargarlo durante la noche.

¿Cómo está ayudando el gobierno de Kenia a BasiGo?

Aunque todavía no existe una política oficial sobre vehículos eléctricos en el país, el gobierno ha aprobado pequeñas políticas que han ayudado significativamente. Un gran ejemplo es el de 2023, cuando el gobierno adoptó una tarifa eléctrica que nos ofrece un coste muy bajo de la electricidad para cargar nuestros vehículos. El gobierno también aprobó una exención del IVA el año pasado, pero necesitamos que las políticas sean estables.

¿Cuáles son los principales obstáculos para la adopción de vehículos eléctricos?

El mayor desafío para nosotros en este momento es la demanda abrumadora. Tenemos 500 clientes que han depositado dinero en nuestras instalaciones y están esperando sus autobuses. Aquí en Kenia, estamos limitados en cuanto a la velocidad de producción porque se trata de una planta de fabricación completamente nueva. El segundo desafío es que necesitamos desbloquear grandes cantidades de capital porque compramos estos activos por adelantado y luego los alquilamos. Nuestros autobuses cuestan el doble o el triple que los autobuses diésel, por lo que tenemos que reunir el capital para hacerlo.

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