Por qué la suciedad es buena para los niños y podría conducir a una edad adulta más saludable

Con la popularidad de limpiezatok En las redes sociales, nos recuerdan constantemente lo sucio que está todo lo que nos rodea. Pero si bien usted puede sentir que debe desinfectar todas las superficies de su hogar o enviar a su hijo a la escuela con geles antibacterianos para que sus manos se mantengan limpias, la ciencia en realidad nos muestra que estar expuesto a un poco de suciedad puede ser bueno para la salud de los niños.

La evidencia sugiere que la exposición al microbios en la tierra En realidad, podría ayudar a los niños a desarrollar sistemas inmunológicos más fuertes e incluso puede disminuir su riesgo de desarrollar alergias y enfermedades autoinmunes.

El barro no es sólo una mezcla de tierra y agua. Es un ecosistema complejo. lleno de microorganismos. Un gramo de suelo puede albergar hasta 10 mil millones de microorganismos – de potencialmente miles de especies diferentes.

La diversa gama de bacterias, hongos y otros microbios presentes en el barro y el suelo desempeñan un papel importante. papel crucial en nuestra salud y es clave para lo que los inmunólogos llaman “entrenamiento inmunológico”. Este es el proceso mediante el cual el sistema inmunológico aprende a distinguir entre patógenos dañinos y sustancias ambientales benignas.

Durante la infancia, el sistema inmunológico es especialmente adaptable. Cuando se expone a una amplia variedad de microbios, aprende a establecer un equilibrio — responder agresivamente a los invasores dañinos dejando en paz sustancias inofensivas, como el polen o las partículas de alimentos.

Sin embargo, la falta de dicha capacitación podría empeorar la situación del sistema inmunológico.

Según el “hipótesis de la higiene” A medida que las sociedades se urbanizan y desinfectan más, nuestros sistemas inmunológicos se ven privados de los desafíos microbianos que necesitan para desarrollarse adecuadamente. Esto puede hacer que el sistema inmunológico volverse hipersensibleconfundiendo sustancias inocuas (como el polen o el polvo) con invasores peligrosos. Esta hipersensibilidad puede manifestarse como condiciones alérgicas como asma, eczema o fiebre del heno.

Falta de exposición microbiana, particularmente en primera infanciatambién puede aumentar la probabilidad de desarrollar resfriados comunes y otras enfermedades infantiles debido a que el sistema inmunológico no está entrenado adecuadamente para manejar los patógenos cotidianos.

La falta de dicho entrenamiento inmunológico podría explicar por qué los niños que crecen en ambientes saneados (como ciudades con exposición limitada a los animales o la naturaleza) tienen hasta un 50% más de probabilidades de desarrollar enfermedades como asma y alergias alimentarias. Sus sistemas inmunológicos, que no se ven afectados por la exposición microbiana natural, pueden reaccionar de forma exagerada ante desencadenantes inofensivos.

El entrenamiento inmunológico parece ser importante para reducir el riesgo de muchas afecciones y enfermedades infantiles.

MorfoBio/Shutterstock

Y, sin interacciones microbianas regulares, el sistema inmunológico puede atacar al propio cuerpo, contribuyendo potencialmente al desarrollo de condiciones autoinmunes como la diabetes tipo 1 o la esclerosis múltiple. Las investigaciones incluso muestran que los niños criados en ambientes con altos niveles de exposición microbiana… como granjas o hogares con mascotas – tienen menos probabilidades de desarrollar alergias o enfermedades autoinmunes.

Hay muchas razones por las que la exposición microbiana es tan buena para la salud de los niños. desarrollar sistemas inmunológicos. Por ejemplo, Bacteroides frágilesque se encuentran comúnmente en el suelo, ayudan a producir una molécula clave que es importante para la función inmune.

La exposición microbiana también ayuda a los niños desarrollar células T reguladoras — glóbulos blancos que controlan cómo responde el sistema inmunológico a los invasores extraños. Las células T también previenen reacciones autoinmunes. Esto puede explicar por qué la falta de exposición microbiana puede aumentar la probabilidad de que una persona desarrollar una condición autoinmune (aunque este es sólo uno de los muchos factores que contribuyen).

desarrollo inmunológico

Jugar en el barro es más que una simple actividad desordenada al aire libre. proporciona experiencias sensoriales esenciales – como tocar, oler y manipular diferentes texturas, que estimulan el desarrollo del cerebro y mejoran la resiliencia emocional.

Las actividades sensoriales (como jugar en el barro) pueden reducir el estrés en los niños, que es otro elemento crucial para mantener un sistema inmunológico que funciona bien.

La investigación también muestra micobacteria vaccaeun tipo de bacteria que se encuentra comúnmente en el suelo, ha demostrado ser reducir la inflamación e incluso mejorar el estado de ánimo. Lo hace influyendo en la liberación de serotonina, un neurotransmisor clave. En estudios con animales, la exposición a m vaccae ha llevado a una reducción de los síntomas de estrés y ansiedad. Hay evidencia emergente de que efectos similares podrían ocurren en humanos.

Además, jugar al aire libre es una forma de actividad fisica lo que apoya aún más la salud inmune al promover una mejor circulación y estimular la producción de células inmunes.

Si bien algunos padres pueden preocuparse por los riesgos higiénicos de jugar en el barro, hay muchas cosas que pueden hacer para asegurarse de que sus hijos jueguen al aire libre de forma segura:

  • Elija áreas de juego limpias: Asegúrese de que su hijo juegue en áreas que probablemente no estén contaminadas por desechos animales o productos químicos nocivos. Los jardines o parques familiares son excelentes opciones. Si no está seguro de qué tan limpia puede estar un área, puede usar un kit de análisis del suelo para detectar sustancias nocivas antes de jugar.
  • Vístete para el desorden: La ropa impermeable, como botas y chaquetas, facilita la limpieza y al mismo tiempo permite que los niños experimenten los beneficios del juego al aire libre.
  • Higiene de manos: Lavarse las manos después de jugar en el barro ayuda a prevenir la aparición de bacterias dañinas. entrando al cuerpo. Esto reduce el riesgo de infecciones mientras mantiene una exposición saludable a los microbios.
  • Repita con frecuencia: Exposición continua a los microbios beneficiosos es necesario para desarrollar un sistema inmunológico más fuerte.

Dejar que los niños se ensucien jugando en el barro podría ofrecer algo más que diversión: puede ser una parte esencial para desarrollar un sistema inmunológico fuerte. En un mundo cada vez más desinfectado, abrazar la naturaleza (con suciedad y todo) podría ser exactamente lo que el sistema inmunológico de nuestros hijos necesita para prosperar.

Este artículo fue publicado originalmente en La conversación por Samuel J. White y Philippe B. Wilson en la Universidad York St John. Lea el artículo original aquí.



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