Reloj Cartier Crash NSO de oro blanco con opalina blanca

Cartier y París son sinónimos. La marca, decididamente francesa, se fundó allí, en la Ciudad de las Luces, en 1847, pero permaneció allí exclusivamente hasta 1902, cuando abrió una sucursal en Londres coincidiendo con la coronación del rey Eduardo VII. En Londres, Cartier ejercitó su creatividad y diseñó algunas de las piezas más distintivas de la marca. Sin embargo, ninguna pieza fue tan inventiva como el Crash, un reloj que pretendía parecer dañado, aunque con mucho arte. Se trata de un invento de los años 60 que, según se dice, fue encargado por el actor británico Stewart Granger y diseñado por Rupert Emmerson, que utilizó el Maxi Oval como base, abollando ambos lados para formar puntas en ambos extremos de la caja. Las piezas más antiguas se venden por más de un millón en subastas, pero las iteraciones NSO (pedido especial) de la era moderna siguen siendo muy codiciadas: véase, por ejemplo, este Cartier Crash 2021 impulsado por el movimiento Calibre 1917 MC de cuerda manual en oro blanco con una esfera opalina blanca, agujas azules y la característica correa de piel de aligátor azul de Cartier.



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