La tipografía también ha experimentado un gran cambio, ya que la marca ha pasado de una tipografía “estándar” a una personalizada, Figma Sans. El equipo claramente tiene mucho amor por la Whyte de Dinamo, que les ha “servido bien” desde 2019, pero en la actualización buscaron algo que realmente pudiera “racionalizar” su paleta tipográfica y, al mismo tiempo, ajustarla, dice Damien. Figma Sans ha sido diseñada por la fundición suizo-estadounidense Grilli Type; la tipografía es fácil de usar y aplicar, sin dejar de tener ese toque expresivo, y también es variable, pasando a un espacio monocromático que se suma aún más a la sensación de “integración” de toda la identidad. Esta legibilidad y simplicidad fue importante, especialmente en lo que respecta a la marca denominativa, para garantizar que no “compitiera” con el mundo gráfico atrevido y colorido al que eventualmente se uniría, y también se incorporara bien a los aspectos más nuevos de la oferta de Figma, como su sitio web editorial. Para dar cabida a esta nueva inyección de color, la paleta de colores de la marca denominativa se ha vuelto más sobria y armoniosa o, en palabras de Damien, “más formal”.
Si Damien tuviera que resumir en una sola palabra la idea detrás de toda la renovación, sería “flexibilidad”. Continúa: “Intentamos crear algo muy flexible que nos permitiera no solo vivir en ello hoy, sino también en cinco años no pensar ‘vale, tenemos que renovar la marca’”. Todo el sistema –y su punto focal de variación visual combinado con aplicabilidad tipográfica– se creó para permitir el cambio y, con suerte, en otros cinco años, no sentirse anticuado o no lo suficientemente relevante. Esta idea de relevancia también fue un factor importante; a pesar del crecimiento de Figma en los últimos años, dormirse en los laureles sería un juego peligroso. “La relevancia nunca es algo fijo, y es algo que debemos seguir trabajando”, dice Damien.
La nueva marca se lanza hoy con una campaña masiva que se extiende desde la autopista 101 hasta Times Square de Nueva York.
