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Brasil ha instado a los funcionarios de la UE a retrasar la implementación de leyes de deforestación que califica de “unilaterales y punitivas”, aumentando la presión sobre la Comisión Europea sobre esta histórica legislación.
Las exportaciones de madera, soja y café están entre los productos afectados por las nuevas normas, que cubrirían alrededor de un tercio de las exportaciones de Brasil a la UE.
En un esfuerzo por evitar que los consumidores europeos contribuyan a la crisis mundial, deforestacióncualquier producto básico de estos sectores que provenga de tierras deforestadas quedará prohibido en el bloque. Las normas también se aplican a otros productos básicos como el aceite de palma, el cacao y el caucho.
En una carta, Mauro Vieira y Carlos Fávaro, ministros de Asuntos Exteriores y de Agricultura de Brasil respectivamente, solicitaron que la UE retrase la implementación de la ley, que entrará en vigor el 30 de diciembre, y “reevalúe urgentemente su enfoque”.
“Consideramos que el Reglamento de Deforestación de la UE es un instrumento unilateral y punitivo que ignora las leyes nacionales de lucha contra la deforestación”, escribieron los ministros.
Los funcionarios de la UE han indicado que la Comisión está considerando la posibilidad de retrasar la aplicación general o de simplificar las normas. La Comisión se negó a hacer comentarios sobre la carta brasileña, pero dijo que respondería “a su debido tiempo”.
Brasil y Colombia han pedido que se debata la medida en la Organización Mundial del Comercio este mes. Tienen la intención de presionar a la UE, dijo un funcionario. Pero ninguno de los dos países ha presentado aún una queja formal.
Pascal Canfin, eurodiputado y ex presidente de la comisión de medio ambiente del Parlamento Europeo, pidió a Brasil que acelere las medidas para prohibir la deforestación.
“Brasil considera problemática la regulación de la deforestación, ya que afecta a un tercio de sus exportaciones vinculadas a la deforestación. Es responsabilidad de Brasil prohibir la deforestación, no de la UE cambiar sus reglas”, dijo en una publicación en X.
La queja de Brasil se hace eco de las preocupaciones de otros socios comerciales de la UE, incluido Estados Unidos, que dijo en un comunicado: carta en junio que la ley presentaba “desafíos críticos” para los productores estadounidenses de madera, pulpa y papel.
Desde que se anunció la ley prevista en 2021, Bruselas se ha enfrentado a los pedidos de sus socios comerciales de retrasar o revisar la legislación, con especial presión sobre su sistema de clasificación de los países según el análisis de la UE sobre si tienen un riesgo de deforestación “alto”, “estándar” o “bajo”.
Los diplomáticos de países de América Latina y el sudeste asiático, que son los principales exportadores de materias primas como café y aceite de palma al bloque, han rechazado estos criterios. Uno de ellos describió el sistema de evaluación comparativa como un “instrumento político” que permitía a la Comisión elegir qué países tenían un mayor acceso al mercado europeo.
En un discurso ante el Parlamento Europeo en julio, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, dijo que Bruselas debería “escuchar y responder mejor a las preocupaciones de nuestros socios afectados por la legislación europea”, particularmente en el área de las leyes climáticas y ambientales.
Bruselas ya ha retrasado la Inicio del estricto sistema de evaluación comparativaen lugar de decidir categorizar inicialmente a todos los países como de “riesgo estándar”.