Es fundamental tener una comprensión fundamental de las criptomonedas y sus mecanismos, especialmente durante los procedimientos de divorcio, donde la identificación y valoración de los activos son fundamentales para el proceso. El auge de las monedas digitales ha añadido una capa de complejidad a esta tarea ya de por sí intrincada.
Las criptomonedas, como Bitcoin, Ether y Dogecoin, son conocidas por su extrema volatilidad, lo que hace que su valoración sea un objetivo en constante cambio. Esta imprevisibilidad plantea desafíos a la hora de intentar determinar el valor de estos activos durante los acuerdos de divorcio.
En muchos casos, la fecha de valoración de los activos se establece en el momento de la separación. Sin embargo, debido a la naturaleza volátil del mercado de criptomonedas, el valor de una criptomoneda en el momento de la separación puede diferir sustancialmente cuando se finalice el divorcio. Esta discrepancia puede complicar la división de los activos y dificultar la garantía de una distribución justa.