En septiembre, se agregaron 254.000 puestos de trabajo a la economía estadounidense y la tasa de desempleo bajó muy ligeramente al 4,1%. Es una noticia inesperadamente fuerte y aliviadora para los trabajadores después de un verano bastante deslucido. Pero, dado que el mercado laboral se enfrió durante el verano, ¿aún se encuentra en una situación delicada? Y si se produjera una caída del empleo, ¿podría hacerse algo para acelerar la recuperación?