Impacto de los monzones prolongados y las fuertes lluvias en los cultivos de kharif

El monzón es la columna vertebral de la agricultura india, ya que sustenta el 55 por ciento de la superficie neta sembrada del país y sustenta 34 de los 40 cultivos principales. Dado que el 61 por ciento de los agricultores indios dependen de las precipitaciones para su sustento, una distribución adecuada de las lluvias es crucial para el crecimiento de los cultivos y el ciclo agrícola en general. Sin embargo, el pronóstico del Departamento Meteorológico de la India de un monzón prolongado y precipitaciones superiores a lo normal en septiembre, cuando los cultivos clave como el arroz, el maíz, la caña de azúcar y las legumbres están a punto de madurar, plantea importantes desafíos.

Cambio climático y cambios en los patrones monzónicos

El cambio climático está alterando significativamente los patrones monzónicos en la India, lo que genera una mayor imprevisibilidad y precipitaciones extremas. Las temperaturas oceánicas más cálidas y los cambios atmosféricos están aumentando los niveles de humedad, lo que da lugar a lluvias más intensas e inundaciones frecuentes. Fenómenos como El Niño y La Niña exacerban aún más esta volatilidad: mientras que El Niño debilita los monzones y causa sequías, La Niña provoca lluvias excesivas e inundaciones. Estos patrones meteorológicos fluctuantes, amplificados por los impactos más amplios del cambio climático, están alterando las prácticas agrícolas tradicionales, lo que hace que a los agricultores les resulte más difícil confiar en los métodos establecidos. La necesidad de una mejor gestión del agua y de estrategias agrícolas adaptativas es más urgente que nunca.

Vulnerabilidad de los cultivos maduros de verano

El ciclo de la cosecha es un proceso delicado que incluye la siembra, el riego y la cosecha, todos ellos profundamente influidos por factores climáticos como las precipitaciones, la temperatura y la humedad. Los cultivos de verano clave, como el arroz, el trigo, el maíz y las legumbres, son particularmente vulnerables a estos cambios climáticos. A medida que los patrones climáticos se vuelven más erráticos, aumentan los riesgos asociados con las lluvias prolongadas durante la temporada de cosecha, lo que amenaza el éxito de estos cultivos cruciales.

Impactos específicos de los monzones prolongados y las lluvias intensas

Las lluvias intensas y prolongadas pueden causar graves anegamientos en los campos, especialmente en las zonas bajas, lo que provoca la pudrición de las raíces y enfermedades fúngicas que son especialmente perjudiciales para cultivos como el arroz y el maíz. El anegamiento puede reducir el rendimiento de los cultivos hasta en un 30%, lo que afecta gravemente a la productividad. Además, el exceso de humedad en el momento de la cosecha deteriora la calidad de los cultivos, ya que los granos germinan, la caña de azúcar pierde su contenido de sacarosa y las legumbres se pudren, lo que las hace inadecuadas para la venta. Las cosechas retrasadas debido a las lluvias prolongadas agravan aún más el problema, aumentando los costos de mano de obra y el riesgo de pérdida de cultivos, ya que los cultivos demasiado maduros se vuelven difíciles de almacenar y vender.

Consecuencias económicas para los agricultores y la economía agrícola

El impacto económico de los monzones prolongados es profundo. Los agricultores, en particular los pequeños productores, son los más afectados por las pérdidas de cultivos, lo que puede llevarlos a endeudarse aún más. Según la encuesta sobre el estado de los agricultores marginales de 2024 realizada por la Unidad de Inteligencia para el Desarrollo (DIU), más del 50 por ciento de los agricultores marginales informaron haber perdido al menos la mitad de sus cultivos debido a fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias fuera de temporada, inviernos prolongados, sequías e inundaciones. Estas pérdidas generan una importante tensión financiera, mayores costos poscosecha de secado y almacenamiento y una disminución de las ganancias. El efecto dominó incluye una menor oferta de cultivos, el aumento de los precios de los alimentos y la inflación, todo lo cual ejerce una presión adicional sobre los gobiernos estatales para que proporcionen compensaciones, lo que afecta a su salud fiscal.

Estrategias para mitigar el impacto

Para crear prácticas agrícolas resilientes al clima, es esencial diversificar los cultivos, mejorar los sistemas de drenaje y adoptar variedades resistentes a la sequía y las inundaciones. Una gestión eficaz del agua, incluidas las inversiones en infraestructura resistente a las inundaciones y técnicas avanzadas de riego, puede mitigar el impacto del anegamiento. El desarrollo y la promoción de variedades de cultivos que sean resistentes a las inundaciones o que tengan ciclos de crecimiento más cortos ayudan a minimizar las pérdidas causadas por las lluvias prolongadas. Las tecnologías modernas de poscosecha, como las instalaciones avanzadas de secado y almacenamiento, son cruciales para prevenir el deterioro de la calidad de los cultivos debido al exceso de humedad. Igualmente importante es educar a los agricultores sobre la adaptación a los patrones climáticos cambiantes mediante programas de capacitación e iniciativas gubernamentales, que les permitan implementar estrategias efectivas y gestionar los riesgos asociados con los monzones impredecibles.

En conclusión, proteger la agricultura de los desafíos cada vez mayores que plantean los monzones impredecibles requiere un esfuerzo colectivo que incluya el apoyo del gobierno, la innovación tecnológica y la educación de los agricultores. Al priorizar la gestión sostenible del agua e invertir en prácticas agrícolas resistentes al clima, la India puede ayudar a sus agricultores a soportar las incertidumbres de un clima cambiante.

El autor es experto en comunicaciones estratégicas.



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