Diseñado en conjunto con Fuseproject, el robot humanoide presenta un rostro inspirado en el surrealismo que es acogedor pero no del todo reconocible.
Parece una persona hecha de cables. Christoph Kohstall, fundador de la startup Kind Humanoid, me acompaña en Zoom desde su garaje de Palo Alto. Está rodeado de computadoras, impresoras 3D y una máquina hecha para moldear fibra de carbono.
Detrás de él cuelga el primer prototipo de su compañía, un robot humanoide sin piel que podría ser tu vergonzosa caja de cables que se vuelven sensibles. Aunque por ahora está desnudo, una impresora 3D cercana está creando un panel que formará su caparazón.
