El Reino Unido inesperadamente no logró crecer en julio, después de estar estancado en junio, según mostraron las cifras oficiales.
Los analistas habían pronosticado un ligero crecimiento del 0,2%.
Un verano de deporte, incluida la Eurocopa, ayudó a impulsar el sector de servicios, que incluye el comercio minorista y la hostelería, pero tanto la producción como la construcción cayeron.
Un segundo mes sin crecimiento representa un desafío para el nuevo gobierno laborista, que ha hecho del impulso a la economía una prioridad.
A pesar de la falta de crecimiento, Liz McKeown, directora de estadísticas económicas de la Oficina de Estadísticas Nacionales, dijo que “la fortaleza a largo plazo en el sector de servicios significó que hubo crecimiento durante los últimos tres meses en su conjunto”.
El crecimiento del sector servicios estuvo encabezado por los programadores informáticos y el sector sanitario, que se recuperaron de la huelga de junio, pero se produjo una caída en la producción de publicidad, arquitectura e ingeniería, añadió McKeown.
El PIB, o producto interno bruto, se observa de cerca como un indicador de qué tan bien le está yendo a la economía.
Sin embargo, las cifras son una estimación preliminar y a menudo se revisan ligeramente a medida que llegan más datos.
La canciller Rachel Reeves dijo que no se hacía “ilusiones” sobre la magnitud del desafío.