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Liderando durante la crisis Ha sido un tema constante en mi trayectoria empresarial, desde mis primeras empresas emergentes hasta mi puesto actual como socio gerente en Panuna empresa de riesgo y un estudio de productos. Me he enfrentado a la dura realidad de no poder pagar la nómina, estar meses atrasado en el desarrollo de productos, no cumplir con plazos críticos y tomar la decisión de cerrar por completo una de mis empresas, a pesar de que estaba teniendo éxito.
Pero estas experiencias me han demostrado que en tiempos de crisis, liderazgo efectivo No significa tener las respuestas correctas, sino actuar con decisión, adaptarse rápidamente y tomar las decisiones difíciles que otros podrían evitar. Estas son las lecciones que han tenido el mayor impacto en mí a lo largo de mi carrera y me han ayudado a navegar en el impredecible mundo de dirigir una empresa.
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1. Actuar rápidamente en situaciones de crisis
Cuando se produce una crisis, es necesario tomar medidas. Decisiones rápidas e informadaspor más difíciles que sean. Es mejor actuar con rapidez y corregir el rumbo más tarde que no hacer nada.
En 2013, mi equipo y yo nos enfrentamos a una de nuestras primeras grandes crisis. En ese momento, dirigíamos dos empresas simultáneamente: una de servicios que nos proporcionaba los ingresos que necesitábamos para operar y, al mismo tiempo, desarrollábamos un producto tecnológico. La idea parecía sensata: aprovechar nuestro grupo de talentos para crear un producto que pudiera generar ingresos pasivos y, al mismo tiempo, hacer crecer nuestro negocio de servicios. Pero nos encontrábamos en una situación que nos superaba.
El exceso de confianza en nuestra cartera de clientes nos llevó a creer que siempre habría nuevos negocios a la vuelta de la esquina, sin importar cuán imprudentemente gastáramos en desarrollar el producto. Pero la realidad nos golpeó duramente cuando no logramos ampliar el alcance de nuestro cliente más importante. De repente, nos enfrentamos a la posibilidad de no poder pagar a nuestro personal, incluso cuando el interés en nuestro producto estaba creciendo. Tuvimos que tomar algunas decisiones muy difíciles sobre el futuro del negocio.
En el lapso de dos días, decidimos cerrar la agencia de servicios para concentrarnos completamente en el desarrollo de nuestro producto, DensidadFue una decisión dolorosa que requirió despedir a personas que habían estado con nosotros desde el principio, pero sabíamos que tratar de compatibilizar ambos negocios ya no era sostenible.
Cuando te enfrentes a un desafío como este, no caigas en la trampa de… parálisis por análisisAl tomar la difícil decisión de cerrar la agencia, nuestro negocio de productos pudo prosperar. Creo que es mejor actuar rápidamente y remediar la situación más tarde que quedarnos de brazos cruzados y ver cómo se deteriora.
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2. No limite el liderazgo a los altos ejecutivos
Durante esa crisis, uno de mis colegas dio un paso adelante de una manera que nunca olvidaré. Era alguien que, a pesar de ocupar un puesto de liderazgo de alto nivel, solía permanecer callado en las reuniones y rara vez tomaba el mando. Pero en medio de este caos, se puso de pie, caminó hacia la pizarra y esbozó un plan de cinco pasos para estabilizar nuestra situación.
Su plan era simple pero decisivo: teníamos que despedir a gente que no podíamos permitirnos, dejar de pagarnos a nosotros mismos durante un par de meses, estabilizar nuestros libros contables, establecer un presupuesto para Density y trasladar gradualmente nuestros recursos de la agencia al producto. En cuestión de minutos, teníamos un camino claro a seguir y todos nos unimos en torno a él.
Esta experiencia me enseñó una lección invaluable: el liderazgo puede venir de cualquier parteY, a veces, los mejores líderes son aquellos que dan un paso al frente cuando menos lo esperas. La capacidad de mis colegas para distinguirse del resto, tomar medidas y presentar un plan claro no solo salvó nuestro negocio, sino que inspiró al resto del equipo a seguir su ejemplo.
El verdadero liderazgo no consiste en ser siempre la persona a cargo, sino en saber cuándo dar un paso al costado y dejar que otra persona tome el mando. Aliente y empodere a los miembros de su equipo para que den un paso al frente cuando vean una oportunidad. A menudo, las mejores soluciones surgen de quienes están más cerca del problema, que no siempre serán usted o su equipo ejecutivo.
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3. El verdadero liderazgo implica ensuciarse las manos
Cuando mi equipo y yo empezamos a desarrollar Density, llevábamos meses de retraso en el desarrollo del hardware. Yo estaba en primera línea, vendiendo un producto que ni siquiera existía todavía. Mi frustración me llevó a tomar el asunto en mis propias manos, literalmente.
Necesitábamos realizar una instalación crítica para un cliente de Fortune 500 y simplemente no teníamos el hardware listo. Así que me puse manos a la obra y, junto con algunos de mis colegas, comencé a construir a mano las unidades en nuestra oficina de Syracuse. No era mi trabajo, pero era necesario hacerlo y no estaba dispuesto a permitir que el arduo trabajo de nuestro equipo se desperdiciara por no cumplir con una fecha límite importante.
Al verme asumir esta tarea, muchos otros miembros del equipo, incluso aquellos sin conocimientos técnicos, se sumaron a nosotros. Juntos trabajamos sin descanso para construir el hardware, enviárselo al cliente e instalarlo a tiempo.
Esta experiencia reforzó la idea de que a veces el liderazgo significa ensuciarse las manos y hacer lo que sea necesario para mantener el impulso. A veces hay que encontrar una nueva forma de avanzar, incluso si es poco convencional. Hay que estar preparado para adaptar las estrategias cuando las circunstancias lo exijan. La clave es mantenerse flexible, estar abierto al cambio y dispuesto a cambiar de rumbo.
Liderar durante una crisis nunca es fácil, pero es una parte crucial de ser emprendedor. Si bien las crisis son inevitables, la forma en que respondas a ellas puede definir el futuro de tu negocio. El liderazgo es algo más que tomar las decisiones correctas: se trata de tener el coraje de actuar, la humildad de escuchar y la resiliencia de seguir avanzando.