¿Podría Estados Unidos realmente crear un fondo soberano de riqueza? TD Cowen responde Por Investing.com

Investing.com — La idea de un Fondo Soberano de Inversión de Estados Unidos ha ido ganando atención, y tanto el expresidente Donald Trump como el actual presidente Joe Biden han propuesto diferentes versiones de dicho fondo.

El concepto de Trump prevé una amplia iniciativa de inversión nacional, mientras que el plan de Biden se centra más específicamente en asegurar recursos críticos en tecnología, energía y cadenas de suministro.

Los fondos soberanos de riqueza son entidades de inversión estatales que invierten en activos financieros como acciones, bonos, bienes raíces y otras inversiones.

Países como Noruega, Arabia Saudita y China han recurrido a los fondos soberanos para diversificar sus economías, estabilizar sus presupuestos y reinvertir los ingresos nacionales, a menudo provenientes de recursos naturales o excedentes. El objetivo suele ser generar rendimientos a largo plazo que puedan financiar el gasto público futuro o fortalecer los intereses nacionales.

La versión estadounidense de un fondo soberano de riqueza se ha planteado en dos formas distintas. Durante un discurso en el Club Económico de Nueva York, Trump pidió la creación de un fondo que pudiera invertir en grandes proyectos nacionales, y que las ganancias se utilizaran para financiar recortes de impuestos y reducir la deuda nacional.

Por el contrario, se informa que la administración Biden está explorando un fondo más específico destinado a sectores estratégicos como la tecnología y la energía, con un enfoque particular en el fortalecimiento de los vínculos clave en las cadenas de suministro globales.

Los analistas de TD Cowen se muestran escépticos sobre la viabilidad de un fondo soberano estadounidense de gran tamaño. Sostienen que un fondo de este tipo sería vulnerable a motivaciones políticas y que las decisiones de inversión podrían estar condicionadas más por agendas políticas que por el objetivo de maximizar los retornos para los contribuyentes.

Esto podría generar protestas públicas si se considerara que las inversiones benefician a ciertos sectores o intereses en detrimento de otros. Además, cualquier pérdida de inversión podría politizarse en gran medida, con repercusiones inmediatas para la administración en el poder, mientras que las ganancias tardarían años en materializarse, lo que limitaría los beneficios políticos.

“Según se informa, Trump quiere financiar el fondo con aranceles, aunque creemos que esto requeriría legislación”, dijeron los analistas.

Esta redirección de recursos podría conducir a una mayor deuda nacional y a mayores costos para los consumidores y las empresas vinculados al aumento de las tasas del Tesoro.

Si bien parece poco probable que exista un fondo soberano estadounidense de gran tamaño inspirado en los de Arabia Saudita o Noruega, TD Cowen ve potencial para un fondo más centrado e impulsado por la seguridad nacional.

Un fondo de este tipo se alinearía más estrechamente con los objetivos de la administración Biden de proteger industrias y tecnologías críticas, particularmente ante la creciente competencia global de países como China.

Al presentar el fondo como una prioridad de seguridad nacional en lugar de una iniciativa puramente financiera, la administración podría lograr apoyo bipartidista.

En este escenario, las inversiones podrían centrarse en industrias como los semiconductores, las energías renovables y la resiliencia de la cadena de suministro.

En lugar de intentar lograr amplios rendimientos económicos, el objetivo principal sería garantizar la competitividad y la seguridad de Estados Unidos en sectores estratégicos, evitando potencialmente algunos de los obstáculos políticos que acompañarían a un fondo de inversión más general.

Una posible consecuencia de estas discusiones es un renovado debate sobre la idea de invertir los fondos de la Seguridad Social en el mercado de valores para aumentar sus rendimientos.

Este concepto fue un tema muy debatido a principios de la década de 2000, y sus defensores sostenían que podría ayudar a apuntalar la solvencia a largo plazo del sistema de Seguridad Social.

Sin embargo, la crisis financiera de 2008, que provocó una caída del mercado bursátil de casi el 50%, acabó en gran medida con el impulso a las inversiones en el mercado de la Seguridad Social.

A pesar de esto, los analistas de TD Cowen sugieren que la idea podría regresar a medida que se intensifican las presiones financieras sobre el sistema de Seguridad Social.

“Esto puede reavivar el debate sobre si los fondos de la Seguridad Social deberían invertirse en el mercado para aumentar los rendimientos”, dijeron los analistas. Si bien es un tema políticamente polémico, puede ganar más fuerza a medida que las realidades financieras obliguen a tomar decisiones difíciles sobre el futuro del programa.



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