Cada vez más, las condiciones de política económica se condicionan a consideraciones de seguridad nacional. El ascenso de China como superpotencia económicamente integrada a nivel global ha creado condiciones distintas a las de la gran rivalidad ideológica occidental anterior con la Unión Soviética, donde el comercio era mínimo. Sin embargo, la disposición de China a utilizar Zanahorias y palos económicos –así como las dificultades en la cadena de suministro creadas por la pandemia de COVID-19– está llevando a un replanteamiento sobre cómo países como Australia pueden garantizar la resiliencia económica interna y promover industrias estratégicas clave a través de la intervención en el mercado.
La ventaja comparativa de Australia siempre ha sido su abundancia de recursos naturales: un continente enorme lleno de… depósitos sin fin de una variedad de minerales, así como una abundancia de carbón y gas. Sin embargo, debido a esto, el país ha sufrido su propia maldición de recursos única. Se ha vuelto tan próspero simplemente extrayendo cosas y enviándolas al extranjero que no ha sentido la necesidad de hacer mucho más. Esto le ha dado al país una perfil económico extrañomás parecido a un petroestado de Asia Central que a un país con el que comparte niveles de ingresos y estatus de desarrollo.
El país falta de complejidad económica El cambio climático también ha planteado a Australia un dilema: ¿qué ocurrirá si sus fuentes de ingresos actuales se ven amenazadas, ya sea por la política económica de otros países o por el cambio tecnológico? Este es el problema que Australia enfrenta actualmente con la transición a la energía verde. Aunque sus exportaciones de recursos se mantienen por ahora, la expectativa es que, con el tiempo, cuando la tecnología y los precios hagan que la energía verde sea irresistible, estas exportaciones caerán en picado. ¿Y entonces, qué tendrá Australia para reemplazarlas como fuente de ingresos?
El El futuro hecho en Australia La iniciativa busca abordar este problema. La idea es que, en lugar de una amenaza, la transición a la energía verde puede ser una oportunidad para Australia. Si bien el país posee una gran cantidad de depósitos minerales críticos que se utilizan en la fabricación de tecnología de energías renovables, también tiene una abundancia de sol y viento, y las masas de tierra no desarrolladas o inhabitables para generar esas energías renovables a escala masiva.
Sin embargo, más que simplemente extraer materias primas y generar energía, el gobierno australiano ha entendido la transición energética como Una oportunidad para crear algo que actualmente le falta, y que un país de su riqueza y educación debería tener: una fabricación de alta tecnología La oferta de estas tecnologías está actualmente muy concentrada, y China domina los mercados de paneles solares y baterías de iones de litio. Esto crea una vulnerabilidad a los caprichos de Beijing a medida que aumenta la demanda de estas tecnologías.
Anunciado inicialmente como parte del presupuesto de mayo del gobierno, y siendo debatido Esta semana, en el Parlamento, la iniciativa Future Made in Australia invertirá 15.000 millones de dólares en áreas de importancia estratégica. El plan es establecer un marco de interés nacional, que evaluaría en qué debería invertir el gobierno. Estas inversiones se basarían en dos corrientes principales. La “corriente de transformación hacia cero emisiones netas” se centrará en áreas en las que Australia puede tener una ventaja competitiva en industrias relacionadas con la tecnología verde. Estas incluyen la fabricación de baterías y paneles solares, la producción de hidrógeno verde y el procesamiento de minerales críticos. Junto a esto habrá una “corriente de resiliencia económica y seguridad”, centrada en capacidades nacionales vitales en las que el sector privado no necesariamente puede invertir por sí mismo.
La política económica moderna no tiene tanto que ver con un regreso al proteccionismo del pasado, al menos para aquellos que no son… Donald Trump – y más sobre inversiones estratégicas en sectores clave que se consideran esenciales para el crecimiento futuro. Esta forma de gobierno busca estar a la vanguardia del cambio tecnológico, en lugar de tratar de impedirlo. Esta “estrategia económica orientada al interior” implica promover políticas e incentivos de creación que apuntan a fortalecer industrias nacionales específicas con fines geoestratégicos.
A artículo reciente El Diálogo sobre Desarrollo, Diplomacia y Defensa de Asia y el Pacífico (AP4D) analiza cómo lograr el equilibrio entre permitir que el mercado funcionar libremente sin interferencias gubernamentales indebidas y reconocer qué sectores requieren incentivos en beneficio del interés nacional. Los gobiernos no suelen ser muy buenos para elegir a los ganadores económicos, mientras que el sector privado puede no comprender plenamente los intereses geoestratégicos de Australia. Es vital que se comparta información abierta entre ambos, de modo que el gobierno comprenda las oportunidades del mercado y el sector privado esté al tanto de lo que la política gubernamental busca lograr.
Como país que actualmente depende de industrias que tienen una vida útil clara, el gobierno australiano tiene una fuerte motivación para incentivar el surgimiento de nuevas industrias que protejan sus estándares de vida y mejoren su posición estratégica. Pero más allá de esto, Australia actualmente está subutilizando sus población altamente educadacon una falta de oportunidades para trabajar o hacer avanzar tecnologías clave. Esto es evidente tanto en el mercado interno australiano como en el mercado interno australiano. intereses geoestratégicos para sacar al país de su perfil económico actual.