¿Será el mordisco del Presupuesto menos doloroso que su ladrido?

El discurso de la canciller en la conferencia del Partido Laborista fue un cambio importante y claro en el tono del gobierno sobre la economía.

Hace apenas tres semanas el Primer Ministro advirtió sobre un “Presupuesto doloroso”.

Pero en Liverpool, Rachel Reeves dijo: “Mi optimismo por Gran Bretaña brilla más que nunca, mi ambición no conoce límites”.

El frágil consumidor británico podría no estar del todo preparado, después de años de sucesivas crisis inflacionarias, para tomar decisiones difíciles en materia de impuestos y gasto.

La confianza del consumidor se vio afectada, Al menos este mesy algunos minoristas se asustaron por las ventas decepcionantes después de esta charla sobre el dolor.

La canciller estaba enviando un mensaje de que los aumentos de impuestos, cuando lleguen, no afectarán principalmente a las familias trabajadoras más necesitadas.

Ella aceptó la “elección” que hizo de dar aumentos salariales superiores a la inflación a millones de trabajadores del sector público, diciendo que estaba dispuesta a pelear por ello con los conservadores.

El gasto público crecerá en términos reales, o como ella misma lo expresó claramente en su discurso, “no habrá vuelta a la austeridad”.

La canciller dio más detalles sobre cómo priorizará el gasto de inversión, especialmente en infraestructura.

Los planes que ha heredado incluyen un recorte en la proporción de la economía dedicada a la inversión pública.

“El crecimiento es el desafío… y la inversión es la solución”, afirmó.

Nos encaminamos hacia algunos cambios en las reglas sobre el endeudamiento gubernamental para permitir más inversiones.

Esto debería funcionar con la recién anunciada Estrategia Industrial, que se dará a conocer junto con el Presupuesto el 30 de octubre. También podría ayudar a atraer una importante inversión extranjera en una cumbre crucial que se celebrará el mes próximo.

Fue una coincidencia, pero el discurso de la canciller se produjo en el segundo aniversario del minipresupuesto de Liz Truss. Si alguien olvidó la fecha auspiciosa, la ex primera ministra apareció con un video especialmente diseñado para decir que los planes fiscales de Kwarteng/Truss deberían haberse implementado en su totalidad.

Esto fue una suerte para la canciller, ya que su discurso la definió como una especie de anti-Truss.

El legado de Truss jugó un papel importante para que Reeves llegara a su puesto, con una mayoría dominante en la Cámara de los Comunes. Ambos compartían la ambición de aumentar el crecimiento británico. Las difíciles decisiones que Reeves dice que debe tomar en el Presupuesto contrastan con el episodio de Truss.

Pero ¿podría ser que el mordisco del Presupuesto resulte ahora significativamente menos doloroso que su ladrido?

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