Un estudio de la OMS concluye que no existe relación entre los teléfonos móviles y el cáncer

Los asistentes al festival sostienen sus teléfonos inteligentes en el escenario durante el segundo día del Festival de Reading 2024 en Richfield Avenue el 24 de agosto de 2024 en Reading, Inglaterra.
Imagen: Simone Joyner / Colaboradora (Imágenes Getty)

No existe relación entre el uso del teléfono móvil y el cáncer cerebral, según un estudio Nuevo análisis encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista científica Environment International.

La revisión sistemática fue dirigida por la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (Arpansa), que analizó más de 5.000 estudios sobre el tema de las radiofrecuencias y el riesgo de cáncer y seleccionó los más rigurosos desde el punto de vista científico.

El análisis final examinó 63 estudios observacionales que se publicaron entre 1994 y 2022 y observaron a personas en 22 países.

La revisión se centró en los cánceres del sistema nervioso central, incluido el cerebro, y los riesgos relacionados con las frecuencias de radio emitidas por teléfonos móviles, monitores para bebés, antenas de transmisión y exposición ocupacional.

Los investigadores encontraron que ninguno de los estudios principales mostró un mayor riesgo entre la radiación de radiofrecuencia de estos dispositivos y los cánceres cerebrales.

El análisis también concluyó que no existe conexión entre el uso del teléfono móvil y el cáncer, ni correlación con el uso a largo plazo (como usar teléfonos móviles durante 10 años o más) ni vínculo con la frecuencia o duración del uso del teléfono móvil (incluyendo el número de llamadas realizadas o el tiempo dedicado al teléfono).

Actualmente, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), una división de la OMS, clasifica la radiación de radiofrecuencia como “Posiblemente cancerígeno para los humanos”, lo que significa que no se puede descartar un posible vínculo con el cáncer. La clasificación se basó en una revisión de estudios realizada en 2011 por el IARC.

Sin embargo, en 2020 un grupo asesor recomendó que el IARC reexaminara su clasificación a medida que la tecnología de los teléfonos móviles ha avanzado y ahora hay más datos disponibles.

El IARC también tiene previsto realizar una Evaluación de riesgos de la tecnología de telefonía móvil 5G en 2025.

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