Joyeros felicesla joyería familiar de larga trayectoria ubicada en el sur de California, tiene sus raíces en la industria de la joyería que se remontan a 1973. Conocida por su inigualable servicio al cliente y sus productos de primera calidad, la empresa comenzó hace más de 50 años en el extranjero, en Turquía. Isa Arik, el padre de los actuales propietarios de Happy Jewelers, Gabe y Danny Arik, abrió su fábrica original en Estambul en 1973. Con una pasión por el diseño y una atención inquebrantable a los detalles, Isa sentó las bases de lo que se convertiría en un legado familiar y ahora más de 50 años de negocios superiores.
En 1994, 21 años después, la familia Arik emigró a los Estados Unidos, trayendo consigo años de experiencia y ese mismo profundo amor por la joyería. Al establecerse en Los Ángeles, Isa Arik trasladó la fábrica a los EE. UU., llevando el negocio de joyería familiar al mercado mayorista de los Estados Unidos. A lo largo de la carrera de Isa, faltaba algo en la venta al por mayor: la capacidad de compartir el momento e interactuar con el cliente cuando recibía su pieza de joyería personalizada. Esto cambiaría a principios de siglo, cuando su hijo Gabe Arik pidió prestados 150.000 dólares y compró Happy Jewelers, una tienda que ya tenía 20 años en Fullerton, California, que estaba a punto de cerrar porque el propietario anterior se estaba jubilando.
Los hijos de Isa, Gabe y Danny, nacieron en la década de 1980 y desde muy jóvenes se involucraron rápidamente en el negocio familiar. Siguieron los pasos de su padre, trabajando y aprendiendo los entresijos de la fabricación al por mayor de la industria de la joyería. Al mismo tiempo, los hermanos se capacitaron con sus tíos, que dirigían un negocio minorista de joyería. “No mucha gente obtiene esa experiencia. En parte, por eso somos buenos en lo que hacemos, porque conocemos ambos lados de la industria”, menciona Gabe.
Esta doble experiencia en ventas al por mayor y al por menor ha permitido a Gabe y Danny convertir a Happy Jewelers en un destino de primer nivel para la joyería personalizada. Han combinado con éxito la artesanía y la atención al detalle de su padre con su propio enfoque moderno en el servicio al cliente y las operaciones minoristas. Hoy, Happy Jewelers no es solo una tienda, sino un símbolo de la dedicación de la familia Arik a la calidad, la satisfacción del cliente y el arte de la joyería.
Mientras la empresa rinde homenaje a Isa Arik y su desafortunado fallecimiento el mes pasado, los hermanos Arik seguirán defendiendo el legado de su padre y manteniendo los mismos principios que Isa les inculcó: un profundo respeto por la artesanía, un compromiso con la excelencia, respeto por todos los clientes y un amor genuino por la industria de la joyería. Con cada pieza que crean, Gabe y Danny se aseguran de que el legado de Happy Jewelers brille con tanta intensidad como las joyas que crean. El futuro parece prometedor a medida que continúan con las tradiciones del pasado al tiempo que adoptan nuevas innovaciones en el diseño de joyas y un servicio al cliente incomparable.
Happy Jewelers sigue siendo un testimonio del poder perdurable de la familia, la tradición y la búsqueda de la excelencia, un legado que comenzó en Estambul y continúa prosperando en los Estados Unidos.
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