De Los Reads: 'Hivestruck' de Vincent Toro es la lectura de septiembre

Muchos afirman que no entienden la poesía, pero el autor… Vicente Toro Desafía esta idea. “¿Alguna vez has hablado tonterías con tus amigos y has exagerado, o has escuchado música y disfrutado las letras?”, pregunta. Para él, eso es poesía en su esencia, integrada a la perfección en nuestra vida diaria. La creencia de que la poesía es inaccesible o difícil de entender no es más que un mito.

Toro es poeta, dramaturgo y profesor de raíces nuyorican. En su último poemario, “Colmena atrapada“Afronta las complejidades de la vida moderna, particularmente la relación entre la humanidad y la tecnología.

Piri Thomasel poeta puertorriqueño-cubano estadounidense, dijo una vez que cada niño nace poeta. Toro está de acuerdo y agrega que todos nacen “con poderes imaginativos, soñando con el mundo, cantando, bailando, jugando”. La poesía es recuperar eso. “Fui un niño víctima del bullying y el abuso”, dijo Toro. “Comencé a escribir porque me sentía muy pequeño e impotente en la situación en la que me encontraba”.

Como niño de los años 80, encontró una fuente de fortaleza en el auge del hip-hop. Cuando escuchó por primera vez a Public Enemy en sexto o séptimo grado, la voz de Chuck D sonaba invencible, como si pudiera enfrentarse al mundo solo. Sintiéndose empoderado, comenzó a documentar sus emociones en su adolescencia temprana. Escribir se convirtió en una forma de recuperar su voz, una vez perdida.

“Si todos nacimos para ser un obituario, entonces déjenme vivir como un hipervínculo, un meme de tendencia que recorre el parloteo de los continentes”, escribe Toro en el poema Memexodus.

A los 15 años, Toro conoció a su mentor en la boda de su tía en Puerto Rico, una prima lejana que era 10 años mayor que él y que ya estaba establecida en la escena teatral de Nueva York. Alguien mencionó su interés por escribir en la celebración, y ella le pidió ver su trabajo. A pesar de su aprensión inicial, decidió compartir su cuaderno con ella. Ella se lo devolvió con una declaración simple que le cambió la vida: “Oh, Dios mío, Vincent, eres un poeta”.

Alguien vio algo positivo en él por primera vez, más allá de las etiquetas negativas que estaba acostumbrado a escuchar. Desde ese momento, su mentora y su esposo lo tomaron bajo su protección, introduciendo a Toro a las artes de maneras que nunca imaginó: exhibiciones de Salvador Dalí, conciertos de jazz latino e incluso su primera lectura de poesía cuando tenía 17 años en una “tertulia”, una fiesta en la casa del legendario poeta nuyorican. Pedro Pietri.

Cuando el propio Pietri elogió el trabajo de Toro y le ofreció un sincero abrazo, eso consolidó su deseo de dedicarse a la poesía. Él atribuye a este viaje el haberle salvado la vida, brindándole el primer sentido de comunidad y autoestima que había conocido.

“El Tecnoceno ya rehace las palabras, obligándolas a ejecutar funciones completamente nuevas”, escribe Toro en su poema “iHaibuns of the Technocene”. “El texto es ahora un verbo. Las conversaciones se llevan a cabo en silencio… El Amazonas ya no se confunde con un río o un bosque”.

En los últimos 25 años, Toro ha observado de cerca cómo la tecnología ha pasado de ser una herramienta útil a convertirse en una obsesión que todo lo consume. “La tecnología es como una religión. Es la razón de vivir”, afirmó. Para Toro, aunque la tecnología ha ofrecido muchos instrumentos para ayudar a las personas a conectarse, con frecuencia no llega a reemplazar las conexiones humanas genuinas.

Se cuestiona la comunicación que se produce mientras hacemos esta entrevista a través de Google Meet. Explica que, aunque nos “vemos”, lo que en realidad vemos es una interpretación informática. En realidad no somos nosotros, sino una mediación comunicativa realizada por un ordenador.

En “Hivestruck”, Toro ilustra esta cuestión utilizando la famosa pintura de René Magritte de una pipa con la inscripción “esto no es una pipa”, donde el pintor “nos obliga a ser conscientes de la diferencia entre una cosa y una representación de una cosa”, como describe Toro en el libro. Para él, el cerebro nos convence de que es real, pero saldremos de esa interacción con la sensación de que falta algo.

“Tanto tiempo pasado mirando, mirando, buscando, esperando algo… cualquier cosa… era mirar hacia atrás”, del poema “Una breve historia de mis pantallas”.

En su poema “iSestina”, Toro se sumerge en la rutina diaria del desplazamiento sin fin, capturando cómo drena nuestro tiempo y energía sin que nos demos cuenta. A medida que nos perdemos en nuestras pantallas, el mundo que nos rodea se desvanece en el fondo, y todo lo que queda es el ritmo repetitivo que Toro describe: “desplazarse anuncio, desplazarse texto imagen, desplazarse, deslizar anuncio texto”.

La última colección de Toro es más que una reflexión sobre la tecnología; es una celebración que invita a la reflexión sobre la creatividad frente al cambio. Al infundir en sus poemas musicalidad, humor y profundas reflexiones sobre nuestra interacción virtual, ofrece una deliciosa hoja de ruta para afrontar los desafíos de la era digital sin perder de vista nuestra humanidad compartida.

Selecciones de septiembre de De Los Reads:

Secuestrado en el inframundo; Esperando el amanecer; Pájaro de las cuatrocientas voces de Eugene Rodriguez

Esperando el amanecer: Una historia de incendios forestales y renovación por Fabiola Anchorena (Tra Publishing, agosto)

“Esperando el amanecer” es un evocador libro ilustrado que utiliza un lenguaje poético e ilustraciones pictóricas y poderosas para explorar los efectos de los incendios. En una jungla donde el sol y la luna han desaparecido, animales de todo tipo se unen para descubrir el misterio detrás de la noche interminable. Este libro ilustrado resalta el problema urgente del cambio climático y planta un árbol por cada copia vendida, lo que lo convierte en una poderosa herramienta para la educación y la acción ambiental.

Secuestrado al inframundo: Memorias de Xibalba Por Víctor Montejo, traducido por Sean S. Sell (agosto, The University of Arizona Press)

Este apasionante relato sumerge a los lectores en un vívido inframundo maya a través de los ojos de Antonio Esteban, quien relata su experiencia cercana a la muerte en Guatemala en la década de 1920. Guiado por espíritus, Antonio navega por los desgarradores reinos de Xibalba, revelando escenas de castigo eterno y redención. La narrativa de Montejo entrelaza las creencias espirituales católicas y mayas. Esta cautivadora mezcla de búsqueda espiritual y saga familiar es una exploración profunda del rico tapiz cultural de Guatemala.

Pájaro de las cuatrocientas voces Por Eugene Rodríguez (Heyday, agosto)

Las memorias de Eugene Rodríguez son un testimonio del poder de la música como fuerza unificadora entre diferentes culturas. A través de la creación de Los Cenzontles en 1989, Rodríguez desafió la rigidez de la educación formal y defendió la herencia musical mexicana, revelando cómo la música puede trascender fronteras y sanar heridas históricas. Destacando colaboraciones con íconos como Linda Ronstadt, Flaco Jiménez y Los Lobos, este libro es a la vez una celebración de la cultura mexicana y una poderosa exploración de la persistencia.



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