La vulnerabilidad emocional brilla en esta profunda historia de dolor.

Historia: 'Sus tres hijas' cuenta la historia cargada de emociones de tres hermanas distanciadas que se reúnen en la casa donde crecieron para cuidar de su padre enfermo terminal. Mientras atraviesan su duelo, salen a la superficie tensiones no resueltas y conflictos familiares enterrados durante mucho tiempo, lo que obliga a cada una a enfrentar su pasado compartido y su futuro incierto.

Revisar: 'His Three Daughters', escrita y dirigida por 'Azazel Jacobs', es una película profundamente conmovedora, centrada en los personajes, que saca a la luz las complejidades de los vínculos familiares bajo la presión de la mortalidad. La historia se centra en tres hermanas (Carrie Coon como Katie, Natasha Lyonne como Rachel y Elizabeth Olsen como Christina) que se reúnen para cuidar de su padre enfermo durante sus últimos días. La película es un estudio de la emoción discreta, que captura los momentos íntimos y, a veces, crudos de tensión y reconciliación entre hermanos mientras se enfrentan al dolor, los resentimientos del pasado y su inminente pérdida.

Lo que llama la atención de inmediato es cómo Jacobs centra la narración en las interacciones de las hermanas en lugar de en la enfermedad del padre en sí, convirtiendo su historia no mencionada en el verdadero tema de la película. La interpretación de Katie por parte de Carrie Coon está marcada por una agudeza que refleja años de carga emocional, particularmente en la forma en que asume la responsabilidad en el hogar. Elizabeth Olsen aporta matices a Christina, interpretando a la hermana menor que se encuentra atrapada entre la negación y la frustración, mientras que Natasha Lyonne ofrece una actuación increíblemente compleja como Rachel, la hermana que ha estado viviendo con su padre y cuidándolo. El personaje de Lyonne dice mucho incluso en silencio, lo que hace que su interpretación contenida pero sincera se destaque en la película.

Lo que la película hace excepcionalmente bien es crear una sensación de encierro y peso emocional a través de su ambientación minimalista. La mayor parte de la película se desarrolla en el interior del apartamento de su padre, donde las hermanas se mueven tanto en el espacio físico como en el emocional. Azazel Jacob utiliza el apartamento como lienzo para reflejar la tensión sofocante de la situación, un lugar que es a la vez un hogar y una prisión de emociones no resueltas.

La narrativa no se apoya en grandes gestos ni en giros dramáticos de la trama. En cambio, son los pequeños momentos íntimos (una mirada, un comentario, un recuerdo compartido) los que aportan el peso emocional. La película equilibra cuidadosamente las tareas cotidianas de cuidar a alguien al borde de la muerte con las corrientes emocionales más pesadas que salen a la superficie. La dirección de Jacobs es moderada, lo que permite que las actuaciones respiren y le da al público el tiempo para sentir el peso de la situación. Hay una sensación palpable de que el tiempo se escapa, no solo en la vida de su padre, sino también en las posibilidades de las hermanas de sanar sus relaciones.

El viaje emocional de “His Three Daughters” es catártico sin ser excesivamente sentimental. Son las reflexiones tranquilas, las discusiones amargas y los momentos de risa incómoda los que resuenan más. La película no ofrece respuestas fáciles ni resoluciones claras, lo que la hace aún más realista y conmovedora. Cada una de las hermanas lleva su propia versión del pasado de la familia y, aunque no se reconcilian del todo al final de la película, hay una sensación de aceptación y liberación emocional.

Técnicamente, la fotografía de Sam Levy es sutil y efectiva, capturando los tonos apagados de los interiores del apartamento, que reflejan el agotamiento emocional de los personajes. El encuadre cercano, casi claustrofóbico, contribuye a la sensación de intimidad, haciendo que el público se sienta como si estuviera invadiendo momentos privados.

En conclusión, 'His Three Daughters' es una película que se adentra en el crudo terreno emocional de la dinámica familiar, el duelo y el amor no expresado. Es una película tranquila y poderosa que no necesita declaraciones grandilocuentes ni melodrama para dejar huella. Carrie Coon, Natasha Lyonne y Elizabeth Olsen ofrecen actuaciones que son a la vez comedidas y profundamente conmovedoras, lo que hace que esta sea una película que perdura mucho después de que aparezcan los créditos finales. Si alguna vez has tenido que atravesar la mina emocional de los últimos días de un ser querido, esta película te llegará particularmente de cerca.

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