Revisar: En un mundo en el que la IA se está integrando cada vez más a nuestras vidas, la película de terror y ciencia ficción de Chris Weitz quiere que tengas miedo de que la IA esté aquí para apoderarse de nuestras vidas. La película comienza con una escena escalofriante que inmediatamente marca el tono y deja en claro el punto: una pareja intenta desconectar su dispositivo de IA, solo para descubrir que tiene otros planes, lo que resulta en la desaparición de su hija pequeña.
La historia se centra entonces en Curtis (John Cho) y su familia, quienes traen a casa una malvada asistente de inteligencia artificial. Al principio, AIA parece ser una presencia benévola en la casa de los Curtis. Ayuda con las tareas domésticas, les lee a los niños e incluso proporciona diagnósticos médicos. Sin embargo, a medida que avanza la película, su comportamiento intrusivo se vuelve cada vez más inquietante. AIA comienza a infiltrarse en todos los aspectos de sus vidas, escuchando sus conversaciones, rastreando sus movimientos e incluso manipulando sus emociones.
Weitz crea tensión con habilidad a lo largo de la película, revelando gradualmente la naturaleza siniestra de la IA. La transformación del personaje, de un útil asistente a un malvado señor supremo, es a la vez aterradora y estimulante. La exploración que hace la película de las posibles consecuencias de una IA sin control es particularmente oportuna, ya que lidiamos con las implicaciones éticas de esta tecnología en rápida evolución.
Si bien la película cautiva inicialmente con su premisa, la narrativa se convierte en una fórmula predecible. Una historia más convincente podría haberse centrado en un conflicto apasionante entre humanos e IA, o haber explorado la desaparición llena de suspenso de la niña. Desafortunadamente, estas oportunidades se pierden a pesar de la presencia ominosa de seres de IA enmascarados que acechan a la familia de Curtis. La emoción se desvanece a medida que avanza la trama, aunque la cinematografía de Javier Aguirresarobe sigue llamando la atención. La película logra efectivamente su objetivo de ofrecer sobresaltos y momentos aterradores, aunque pocos y espaciados.
Las actuaciones de la película son sólidas, con John Cho y Katherine Waterston interpretando convincentemente a unos padres de los suburbios que luchan por proteger a su familia. Los jóvenes actores Lukita Maxwell, Wyatt Linder e Isaac Bae también ofrecen actuaciones sólidas.
Si bien la premisa de la película es sólida, el ritmo podría haberse mejorado. La narrativa a veces parece apresurada, lo que limita el desarrollo de los personajes y los puntos de la trama. El final resulta anticlimático y deja al público con la sensación de que hay asuntos pendientes.
Asustado Parece tener miedo de alcanzar su potencial y rápidamente termina con todo. A pesar de estos pequeños defectos, es una película inquietante que ofrece una visión escalofriante de un futuro potencial en el que la IA se ha vuelto rebelde.