Antes de la pandemia, muchas empresas priorizaban la eficiencia y los modelos de cadena de suministro ajustada, centrándose en minimizar el inventario y garantizar que los productos estuvieran disponibles justo a tiempo para satisfacer la demanda de los clientes. Este enfoque tenía como objetivo reducir costos y maximizar la eficiencia operativa, con reservas limitadas para interrupciones imprevistas.
Las operaciones se centraron en reducir el desperdicio y aumentar la eficiencia, esforzándose por ofrecer el máximo valor a clientes mientras utiliza los recursos de la manera más efectiva. Los gerentes de operaciones analizaron continuamente tareas, procesos y personal para eliminar actividades no esenciales y garantizar una comunicación fluida en cada paso del flujo de trabajo. La transformación digital jugó un papel clave en esta optimización, centralizando los datos y aumentando la visibilidad, permitiendo a los altos directivos tener un mayor control sobre las operaciones.
Sin embargo, la agitación causada por la pandemia de COVID-19 y la inestabilidad internacional más general de los últimos años han cambiado las cosas. Estos sistemas cuidadosamente optimizados, que habían pasado por iteraciones de cambios mínimos para funcionar de la manera más eficiente posible, de repente se vieron afectados por una ola de problemas impredecibles.
Los confinamientos en todo el mundo provocaron que ciertos materiales o componentes escasearan, los tiempos de cuarentena provocaron retrasos en el transporte al cruzar las fronteras y el cambio en la vida cotidiana de las personas provocó cambios en la curva de demanda. Además, el ascenso de trabajo remoto significó que los procesos internos se vieron obligados a adaptarse y se hicieron necesarios nuevos métodos de comunicación y colaboración.
La optimización ya no era la prioridad ya que las ganancias de este enfoque se volvieron insignificantes frente a pérdidas potenciales significativas. En cambio, la atención se centró en la resiliencia operativa. Las organizaciones que salieron victoriosas fueron aquellas con la capacidad de resistir, adaptarse y recuperarse de eventos disruptivos.
En términos reales, esto significa rutas logísticas flexibles que sean capaces de adaptarse a situaciones geopolíticas, una gestión ágil de múltiples fuentes y la implementación de un plan de amortiguación táctico. Aquellas organizaciones que implementaron estos cambios estructurales con éxito pudieron evitar la cancelación de pedidos de clientes y mantener estables los ingresos.
La interrupción causada por la pandemia nos enseñó un mensaje importante: cuando dedicas demasiado tiempo a resolver desafíos predecibles, te quedas sin tiempo ni recursos para los impredecibles.
Responsable de los equipos de Operaciones Globales, Tecnología Empresarial y Calidad de Alcatel-Lucent Enterprise.
Una compensación: eficiencia o resiliencia
Desde la pandemia, hemos visto cierto grado de normalización en todas las industrias. La mayoría de las organizaciones ya no se enfrentan diariamente a perturbaciones a gran escala. Sin embargo, no se ha olvidado el impacto de estos fenómenos extremos. Mientras los gerentes de operaciones vuelven a buscar pequeñas ganancias en las cadenas de suministro eficientes, la perspectiva de un caos causado por eventos impredecibles e incontrolables ocupa un lugar preponderante en sus mentes. La pregunta es: ¿cuánto tiempo se debe asignar a los desafíos diarios y cuánto se debe asignar a predecir el panorama general? Los recursos limitados significan que a menudo existe un equilibrio entre eficiencia y resiliencia, las cuales son necesarias para que una organización tenga éxito.
La solución
Automatizar las respuestas a desafíos predecibles es la solución a este problema. Los avances tecnológicos están permitiendo a las organizaciones automatizar tareas más complejas que nunca. Tareas que antes habrían tenido que ser realizadas manualmente por empleados Ahora se puede completar con máquinas. Esto no solo reduce el error humano, sino que permite al personal centrarse en tareas más complejas y satisfactorias y dejar lo mundano a la IA o los modelos de aprendizaje automático.
En el contexto del equilibrio entre eficiencia y resiliencia, la automatización se puede utilizar para resolver desafíos predecibles, maximizando la eficiencia de las operaciones al reducir el desperdicio y aumentar la flexibilidad a corto plazo. La IA puede manejar procesos como ventas y planificación de operaciones, (S&OP), coordinando diferentes áreas del negocio para satisfacer la demanda de los clientes con el nivel de oferta adecuado. Las medidas de generación de informes, como la precisión del pronóstico de la demanda (DFA), que mide qué tan bien un pronóstico coincide con la demanda real, también se pueden automatizar, lo que reduce la carga de los miembros del equipo.
Chatbots de IA se puede utilizar para comunicarse con las partes interesadas clave y mejorar el flujo de información interna y externamente para una organización. Estos modelos pueden examinar y analizar cantidades masivas de datos, recopilando información completa que puede utilizarse en la toma de decisiones. Por ejemplo, un chatbot podría proporcionar instantáneamente disponibilidad de inventario de existencias y planes a socios y clientes, así como al equipo de ventas, reduciendo la necesidad de investigación manual e interacciones de ida y vuelta por correo electrónico.
La automatización supone procesos regulares e ininterrumpidos, lo que significa que no está equipada para hacer frente a eventos irregulares como una pandemia y sus efectos. La escasez de materiales, los tiempos de transporte más prolongados y la inestabilidad de la demanda tienen un impacto inevitable en ecosistemas enteros. Ahí es donde entra en juego el elemento humano.
Tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático significan que el personal puede dedicar su tiempo a predecir desafíos impredecibles y utilizar estas predicciones para crear soluciones precisas. La cantidad de escenarios posibles significa que se necesitan modelos complejos junto con el juicio y la creatividad humanos si una organización es capaz de idear estrategias reactivas con anticipación, que le permitan sortear obstáculos a escala geopolítica. Esto puede significar desarrollar relaciones con proveedores alternativos, acumular una reserva de componentes clave o trabajar con los clientes para sugerir un cronograma de entrega escalonado en tiempos de agitación.
Avanzando
La inestabilidad es una realidad y el mundo moderno siempre nos presentará desafíos que parecen imposibles de predecir. El equilibrio entre eficiencia y resiliencia no es algo que vayamos a ver terminar pronto. Las organizaciones necesitan innovar y adaptarse, utilizando la automatización para hacer frente a los desafíos diarios de la optimización, dejando a los empleados libres para dedicar su tiempo y recursos a predecir lo impredecible. De esa manera, cuando surja el próximo obstáculo, estaremos preparados.
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