Aunque los aranceles a las exportaciones han tenido poco éxito, ya que se ha visto a empresas chinas alquilando los últimos chips a través de servicios de computación en la nube, GlobalWafers anticipa medidas más estrictas.
El fabricante taiwanés, y tercer mayor proveedor mundial de obleas de silicio, planea expandir sus operaciones de fabricación en el extranjero en respuesta a los aranceles previstos sobre los materiales de los chips.
La decisión de GlobalWafers revela la preocupación de que medidas comerciales más estrictas podrían perturbar la industria y su cadena de suministro en los próximos años.
GlobalWafers prevé un empeoramiento de las medidas comerciales
Según un BloombergLa empresa está ampliando “activamente” la producción en seis de los nueve países en los que opera, incluida la ampliación de dos fábricas en Estados Unidos y otras instalaciones en Italia y Dinamarca.
En una entrevista con Bloomberg TelevisiónDoris Hsu, directora ejecutiva de la empresa, afirmó: “Creo que no solo en Estados Unidos, sino también en otros países, habrá algún arancel especial”. La directora ejecutiva sugirió que cambiar a la producción local podría ayudar a la empresa a eludir algunos de los posibles aranceles.
Esto se produce en medio de las actuales tensiones geopolíticas relacionadas con China y la reciente escasez de chips inducida por la pandemia que tuvo importantes implicaciones para industrias como la producción automotriz.
Hsu dijo que la geopolítica ahora determina cómo las empresas hacen negocios: anteriormente, la compañía dependía en gran medida de fusiones y adquisiciones para crecer, pero como resultado de ello ha estado cambiando su enfoque hacia la expansión de la producción.
A principios de este año, GlobalWafers consiguió financiación por valor de hasta 103 millones de euros de la Comisión Europea y del gobierno italiano para respaldar una planta de obleas de 12 pulgadas en Novara, cerca de Milán (Italia). Se consiguieron otros 400 millones de dólares de la Ley de Chips de Estados Unidos para ampliar plantas en Texas y Missouri.
A medida que Estados Unidos y las naciones europeas continúan implementando medidas diseñadas para frenar los avances tecnológicos y militares de China, más fabricantes pueden explorar rutas similares para al menos reducir algunos de los impactos financieros de los aranceles y restricciones en el futuro.