El sábado 24 de abril, las autoridades francesas arrestaron al multimillonario fundador de la red social y aplicación de mensajería Telegram, Pavel Durov, cuando desembarcaba de su avión privado en París, procedente de Azerbaiyán. Las autoridades afirmaron que el arresto formaba parte de una investigación sobre la actividad delictiva en la plataforma y la falta de cooperación con las fuerzas del orden. Durov ha sido acusado formalmente desde entonces.
En un comunicado publicado el domingo, Telegram afirmó que respetaba las leyes de la Unión Europea y que su moderación estaba “dentro de los estándares de la industria y en constante mejora”. “El director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, no tiene nada que ocultar y viaja con frecuencia por Europa”, afirmó. “Es absurdo afirmar que una plataforma, o su propietario, son responsables del abuso de esa plataforma”.
Durov, conocido como el 'Mark Zuckerberg ruso” Por haber fundado una plataforma similar al Facebook de Zuckerberg en Rusia llamada VKontakte, se considera un defensor de la libertad de expresión y se ha ganado la reputación de no estar dispuesto a colaborar con las autoridades para censurar y controlar más de cerca lo que sucede en su plataforma. Su arresto ha planteado importantes preguntas sobre hasta qué punto los ejecutivos tecnológicos son responsables de cómo los usuarios utilizan sus redes sociales. Chris Stokel Walkerperiodista tecnológico, explica las implicaciones del arresto de Durov para el sector tecnológico