Por qué nos ahogamos bajo presión, según un científico cognitivo: NPR

Parte 1 del episodio de TED Radio Hour Psicología del deporte para la vida cotidiana

Atragantarse, resoplarse, aullar. Por cada actuación espectacular en la historia del deporte, hay un ejemplo de un deportista muy habilidoso que se rinde bajo presión. Y no se trata solo de deportes: también podemos quedarnos paralizados durante una presentación, un recital importante o un gran discurso. Pero ¿qué sucede en nuestro cerebro durante esos momentos de gran importancia?

Tener éxito cuando nadie te ve

“Defino el atragantamiento como un desempeño peor del esperado debido a la situación y sus consecuencias”, dice Sian Beilock, presidenta del Dartmouth College y científica cognitiva que estudia cómo manejamos la presión.

Como estudiante de posgrado, Beilock formó parte de un estudio que invitó a golfistas universitarios y profesionales a un laboratorio, equipado con un putting green, para someterlos a distintos niveles de presión.

El equipo de Beilock observó que los golfistas que obtuvieron buenos resultados en el experimento a menudo no podían recordar los detalles de lo que hicieron en el momento de la acción. Funcionaban con el piloto automático, en lugar de concentrarse intensamente en la mecánica de su golpe.

Por otro lado, los golfistas que obtuvieron un rendimiento pobre vigilaban de cerca cada paso de su swing.

“Aunque parezca contradictorio, una de las razones por las que las personas fracasan bajo presión, especialmente en el atletismo, es que empiezan a prestar demasiada atención a su rendimiento, cosas que deberían funcionar en piloto automático”, dice Beilock.

Cuando prestar demasiada atención resulta contraproducente

En los últimos años, el equipo de investigación de Beilock estudió este fenómeno de sobreatención, al que llaman “parálisis por análisis”. En otro estudio, pidieron a jugadores de fútbol universitario que driblaran mientras se concentraban en qué lado del pie estaba en contacto con el balón. Esto provocó que los jugadores jugaran más lento y cometieran más errores.

La atención excesiva también aparece en situaciones cotidianas, como concentrarse demasiado en una palabra mientras hablas o mirar fijamente tus pasos al bajar las escaleras.

“Gran parte de esto se reduce a la corteza prefrontal, esa parte frontal de nuestro cerebro que se encuentra sobre nuestros ojos y generalmente nos ayuda a concentrarnos de manera positiva”, dijo Beilock en un Charla TED 2017“A menudo se engancha a las cosas equivocadas… El resultado final es que, en realidad, la cagamos”.

Deja que tu cerebro tome el control

Beilock tiene algunos trucos simples para evitar que la atención excesiva interfiera en nuestro potencial de rendimiento.

Primero, la práctica es clave.

Ya sea que te estés preparando para dar un brindis en una boda o para rendir el examen SAT, Beilock recomienda practicar en las condiciones en las que vas a actuar. “Tienes que ponerte un poco nervioso”, dice. “Incluso practicar frente a un espejo aumenta la autoconciencia para que estés listo para cuando estés en el gran escenario o ese gran día”.

En segundo lugar, elige un mantra que te ayude a superar los momentos difíciles.

Para distraerte de pensar demasiado, Beilock sugiere elegir una canción o palabra clave en la que concentrarte en lugar de detenerte en los detalles de lo que estás haciendo (la propia banda sonora de Bielock es Tómalo con calma por las Águilas).

Por último, Beilock sugiere que confiemos en nuestro cerebro para ejecutar lo que nos hemos entrenado para hacer. Según su investigación, actuar fuera del control consciente suele conducir a los mejores resultados.

“La parte más emocionante de mi trabajo es demostrar que se puede mejorar con la práctica y aprender a actuar y liderar en diferentes situaciones”, dice Beilock. “La idea de que no se nace fracasando o triunfando, que todo el mundo tiene que practicar y que así es como se puede demostrar lo que se sabe cuando más importa, creo que me da esperanza”.

Esta historia digital fue escrita por Chloee Weiner y editada por Rachel Faulkner White. La versión en audio fue producida por Katie Monteleone y editada por Sanaz Meshkinpour. Puedes seguirnos en Facebook @Radio TED en vivoy envíenos un correo electrónico a TEDRadioHour@npr.org.

Fuente