Agitación de los niños pequeños: identificación de los primeros signos de TDAH en niños pequeños

Los niños pequeños suelen mostrar abundante energía, hablar constantemente y frecuentes cambios de atención. También pueden frustrarse rápidamente y tener arrebatos por asuntos aparentemente triviales, como que no les den su refrigerio favorito. Identificar posibles síntomas del TDAH en medio de estos comportamientos comunes puede resultar un desafío. Este artículo profundizará en los signos específicos del TDAH en los niños pequeños, ayudando a los padres a tomar decisiones informadas con respecto al comportamiento de sus hijos.

  • Falta de sueño, alimentación y frustración

La Academia Estadounidense de Pediatría advierte que el diagnóstico de TDAH no debe realizarse antes de los 4 años, pero los síntomas pueden aparecer antes. Las diferencias en el cerebro del TDAH están presentes desde el nacimiento, por lo que la intervención temprana es esencial. La hiperactividad o impulsividad severa, que requieren dormir menos que sus compañeros, pueden ser signos perceptibles, pero la regulación emocional es un predictor más preciso. Una alta emocionalidad negativa, como respuestas deficientes al estrés y reacciones adversas frecuentes, sugiere un posible TDAH. Los bebés en riesgo a menudo lloran excesivamente, luchan por calmarse, muestran enojo e inquietud, tienen dificultades para alimentarse y dormir y se frustran fácilmente.

Cuando la emocionalidad negativa persistente continúa hasta la niñez, se diferencia de las rabietas típicas. Los niños con TDAH muestran reacciones más agresivas e intensas, especialmente cuando se les cuestiona o se les niega algo. Experimentan frustración, ira y arrebatos frecuentes más increíbles y se dan por vencidos fácilmente. Estos niños pequeños reaccionan más profundamente y exageradamente a las emociones positivas y negativas durante períodos más prolongados. Mientras que los niños neurotípicos de alrededor de 3 o 4 años pueden manejar la gratificación retrasada con quejas menores, aquellos con TDAH tienen dificultades significativas.

  • Sensibilidad emocional extrema

Los niños pequeños con TDAH con frecuencia experimentan intensa frustración, cambios de humor y mala educación. A menudo se preocupan excesivamente por asuntos triviales y tienen dificultades con las transiciones. Son susceptibles a las críticas y pueden responder con arrebatos de ira; por ejemplo, una simple petición de usar un abrigo puede provocar una fuerte reacción. Abrumados por sus emociones, luchan por calmarse. En el preescolar, los niños con TDAH pueden reaccionar agresivamente si la actividad que han elegido es estar ocupada, gritando o empujando a sus compañeros y mostrando conductas controladoras. Estos episodios ocurren con regularidad, a diferencia de los niños neurotípicos, que generalmente se adaptan más rápidamente.

TDAH Las rabietas superan a los estallidos típicos de los niños pequeños en frecuencia, intensidad y perturbación. Si bien las rabietas ocasionales son comunes en la mayoría de los niños pequeños, aquellos con TDAH pueden experimentarlas varias veces a la semana, duran más y parecen carecer de desencadenantes claros. Estas reacciones son excesivas y desproporcionadas, a menudo duran más de 20 minutos y resultan difíciles de apaciguar.

Cómo los padres pueden guiar a sus hijos a través de los desafíos del TDAH

Los padres ocupan una posición crucial en el cuidado de la salud emocional de sus hijos al comprender la dinámica del TDAH, cultivar conexiones sólidas y promover una conducta positiva y la autosuficiencia. Este enfoque de apoyo permite a los niños desarrollar una regulación emocional y habilidades sociales cruciales, sentando una base sólida para su crecimiento y éxito futuros. Los padres pueden encontrar un médico de TDAH en línea y buscar orientación profesional para ayudar a sus jóvenes brotes a prosperar.

Fomentar vínculos fuertes con los cuidadores es esencial para los niños con TDAH, proporcionándoles un sentido de amor y aceptación crucial para el desarrollo emocional. Los padres pueden fomentar estos vínculos a través de interacciones diarias, particularmente durante las rutinas matutinas y a la hora de acostarse, fomentando el trabajo en equipo y la empatía. La crianza eficaz implica validar las emociones de los niños y crear espacios para expresarse, promoviendo la comprensión y el crecimiento emocional. Reconocer y reforzar conductas positivas ayuda a los niños a aprender a manejar la frustración de manera constructiva al mismo tiempo que brinda oportunidades para la resolución de problemas y la independencia y fomenta habilidades de autorregulación esenciales para el éxito a largo plazo.

Conclusión

Es imperativo abordar rápidamente los signos de desregulación emocional, ya que los arrebatos graves a menudo indican síntomas más profundos del TDAH. Desafortunadamente, sólo una fracción de los jóvenes TDAH los niños reciben el apoyo conductual necesario, lo que subraya la importancia de reconocer las señales de advertencia tempranas para una intervención oportuna y priorizar la terapia conductual como enfoque de tratamiento inicial.

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