Benedetta Crippa combina diseño gráfico y ornamentación para crear mundos visuales encantadores

Benedetta Crippa dedica su práctica a cuestionar ideas de belleza, forma y decoración en el diseño y dirige su estudio de “Diseño gráfico y ornamentación” en Estocolmo, centrándose en formas de práctica sostenibles. Con algunas de sus principales influencias creativas fuera del mundo del diseño tradicional, sus imágenes ornamentales se inspiran en el arte popular tradicional, por la forma en que aporta una “belleza sin prestigio a la vida cotidiana”, nos dice. A menudo deconstruye ideas modernistas y “universales” en torno al diseño gráfico en su trabajo, es conocida por “introducir un nuevo lenguaje visual libre de categorizaciones estrictas”, tratando el diseño como una especie de “arte aplicado” que, en su opinión, siempre debe ser “un intervención creativa que atiende algún tipo de necesidad”.

Al trabajar en una amplia gama de proyectos de identidad visual, encargos ornamentales personalizados y todo lo demás, a Benedetta le gusta verse a sí misma como una generalista, aunque con un enfoque distinto en la construcción de mundos visuales dentro de cada proyecto que sean: “hermosos, bien implementados, enriquecedores para la vida de quienes los experimentan (…) y contribuyen al progreso social”, afirma.

En el campo del diseño sostenible, Benedetta imparte un curso en la Universidad de Konstfack en Suecia y lleva a cabo investigaciones basadas en la práctica sobre el tema de la “sostenibilidad visual”, investigando perspectivas feministas poscoloniales en el diseño para resaltar las conexiones entre “nuestras Cultura visual, poder sistémico y futuros sostenibles”, afirma. Como una conversación que a menudo se limita a la materialidad en el diseño, el interés de Benedetta en la sostenibilidad radica en cómo podemos implementarla en las decisiones visuales que tomamos como diseñadores, “no simplemente a través del proceso o la historia” que cuenta nuestro trabajo de diseño. Este es un tema que explora visualmente en obras como mundo del deseo, un libro de artista y “testimonio del poder expansivo de la decoración” en el que celebra la democracia visual a través de sus ilustraciones, reaccionando a las reglas establecidas y las falsas dicotomías que han dominado el campo del diseño gráfico. En todo su trabajo reflexivo y decorativo, crea nuevos lugares para el “confort visual y el reconocimiento de uno mismo” como diseñadora gráfica, cumpliendo su deseo de “crear un mundo encantador en el que valga la pena vivir”.

Fuente